Un virulento ataque a la libertad de prensa

Las recientes intimidaciones contra periodistas tienen el claro propósito de amedrentar a quienes investigan la corrupción en la función públicaLa virulencia de los ataques contra periodistas por parte del núcleo gobernante que rodea a la vicepresidenta de la Nación ha motivado la justa reacción de las entidades más representativas de la prensa argentina. Cada una con sus propias argumentaciones, la asociación nacional de diarios y revistas conocida popularmente como la Academia Nacional de Periodismo y el Foro de Periodismo Argentino (Fopea), entidad que reúne a centenares de periodistas independientes, han repudiado ese accionar. Como señal de la gravedad extrema del caso, debe observarse que representantes de otras instituciones y personalidades de diversos órdenes de la actividad nacional se han manifestado con preocupación sobre la amenaza instalada respecto del ejercicio legítimo de la libertad de prensa en la Argentina.Solo han quedado en la vereda de enfrente los elementos más enconados con el periodismo de la facción que responde a Cristina Kirchner y los corifeos que le resultan serviciales en medios del Estado y en otros que, aun siendo en principio de naturaleza privada, han estado vinculados, por negocios o por lo que fuere, con la familia gobernante entre 2003 y 2015.La situación en desarrollo es una recreación de otros capítulos del peronismo en el poder, sobre todo de aquel que gobernó en el período que va de 1946 a 1955, y de su encarnación por los Kirchner.La constante, en siete décadas de política nacional, ha sido la capacidad con la cual el peronismo y sus acólitos, con sus distintos ropajes -algunas veces de derecha y otras de izquierda-, han organizado grupos vociferantes dispuestos a atacar en toda circunstancia a periodistas profesionales y a personalidades públicas que disintieran de la gestión oficial. Todavía se recuerdan las despiadadas semblanzas contra obispos argentinos que se publicaban día tras día, en medio de la crisis con la Iglesia en los años cincuenta, en uno de los periódicos de la maquinaria propagandística del régimen peronista. Los firmaba, con el seudónimo de Víctor Almagro, uno de los intelectuales gravitantes en el nacionalismo neotrotskista de la época, cuya progenie intelectual se ha hecho sentir hasta nuestros días.Con no menor saña que contra los obispos de una Iglesia a la que el fanatismo político quemó templos, en 1954, los cañones de la prensa oficialista se han dirigido ahora de forma...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR