La virtud de saber equivocarse

Ejercer el oficio de la crítica en cualquiera de sus variedades implica exponerse al error, y ahí habita su mayor mérito. El crítico debe constituirse a sí mismo como autoridad (si no fuera así, ¿quién querría leerlo?), pero su autoridad no se rige por una infalibilidad papal. Es más bien al revés: se basa en una primera persona que puede no tanto equivocarse, sino poner el juicio en perspectiva. Eso hizo Guillermo Cabrera Infante cuando recopiló, en Un oficio del siglo XX, sus viejas críticas cinematográficas: las publicó tal cual y agregó comentarios que en ocasiones refutaban esa impresión temprana.Hace algunos años, Gramophone, revista inglesa de música clásica, decidió exhumar algunas críticas con un criterio muy claro: cuál había sido el juicio de los críticos de la revista acerca de los debuts de músicos cuyo arte suele ser celebrado ahora con unanimidad. Lo primero que hay que decir es que el gesto es valiente: ¿qué revista querría poner nuevamente en circulación sus viejos errores? Es verdad que hay aciertos, pero el acierto parece resultar siempre menos espectacular que el error. Lo segundo: que no todos son errores.Veamos algunos ejemplos sorprendentes.En 1967, se comentó la Séptima sinfonía de Beethoven con Claudio Abbado al frente de la Filarmónica de Viena: "Una decepción. Después de haber escuchado tantos elogios de este joven director, yo esperaba grandes cosas, pero para los estándares de Gramophone esta es una interpretación floja. El director debe aprender todavía cómo mantener el ritmo... No puedo imaginar nada menos parecido a 'la apoteosis de la danza...'".Ligeramente más benigna, la crítica que se publicó en 1962 sobre Martha Argerich es también desconcertante: "No faltan pianistas con la técnica necesaria para abordar cualquier cosa, y ahora se suma otra más. Antes que nada, uno debería decir que Martha Argerich puede reclamar para sí que se la considere una especie de fenómeno incluso entre los virtuosos: su técnica es prodigiosa y tiene solo 21 años. Cuando ella...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR