La violencia vicaria: lastimar a los hijos para golpear donde más duele

Para la jueza que investiga el crimen de las niñas de Tenerife, Tomás Gimeno planificó todo para lastimar a Beatriz Zimmermann

Le dijo que nunca más volvería a ver a las niñas ni tampoco a él. Esas fueron las últimas palabras que le dirigió por teléfono Tomás Gimeno a Beatriz Zimmermann, su expareja y madre de sus hijas, Olivia y Anna , de 6 y un año. A días de la aparición del cuerpo de la mayor de las niñas y mientras continúan las búsquedas para dar con el de Anna, el caso de las pequeñas españolas conmueve al país ibérico y al mundo entero. Pero no se trata de un hecho aislado . La tragedia puso sobre la mesa una forma de violencia machista invisibilizada y silenciosa, que suele ganar espacio en la agenda mediática únicamente cuando el desenlace es el peor de todos.

Se la conoce como "violencia vicaria" o "por sustitución" y es una modalidad de maltrato contra las mujeres en que los agresores utilizan a las hijas y los hijos "como objetos" para hacerle daño a sus madres. Las especialistas consultadas por LA NACION advierten que las agresiones pueden incluir distintos modos de violencia psicológica (como insultos o descalificaciones) o física (desde golpes hasta sexual), que suelen ir in crescendo y que, por lo general, se desatan después de un divorcio o una separación .

El homicidio de niños y niñas es la forma más extrema de este tipo de violencia. En nuestro país, la Casa del Encuentro acuñó desde 2008 e instaló, a través de su Observatorio de Femicidios en Argentina "Adriana Marisel Zambrano", el concepto de "femicidio vinculado " para hacer referencia a las "las víctimas colaterales" de estos crímenes. La figura incluye tanto a las personas con un vínculo familiar o afectivo con la mujer −en general, sus hijos o hijas, pero también pueden ser hermanos o madres, por ejemplo−, que fueron asesinadas por el femicida con el objeto de castigarla y destruirla psicológicamente, así también como a las asesinadas por el violento al intentar impedir el femicidio o que quedaron atrapadas "en la línea de fuego".

Según cifras de la Casa del Encuentro, desde 2008 a 2020 hubo 158 las niñas y niños víctimas de femicidios vinculados por parte de sus padres o padrastros. Si bien en lo que va de 2021 no hubo casos, el año pasado fueron 11. Las cifras muestran también que en 58 de estos casos, los femicidas se suicidaron después de cometer los asesinatos de las chicas y los chicos, mientras que 22 de ellos intentaron suicidarse pero no lo consiguieron...

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