Violencia de género en el ámbito laboral: la actitud desimplicada de los empleadores o superiores jerárquicos

AutorMalvina Maffini
Cargo del AutorAsesora de Niñez, Adolescencia, Violencia Familiar y de Género en Córdoba Capital
Páginas41-63
CAPÍTULO II
VIOLENCIA DE GÉNERO EN EL ÁMBITO LABORAL:
LA ACTITUD DESIMPLICADA DE LOS
EMPLEADORES O SUPERIORES JERÁRQUICOS
Malvina Maffini1
Sumario: I. Introducción. II. Marco teórico. III. Marco nor-
mativo. IV. Distintas situaciones fácticas. Un común deno-
minador. V. Nuestra propuesta. Estrategias defensivas. VI.
La prueba. Algunas dificultades. VII. Otras medidas concre-
tas. VIII. Conclusiones.
I. INTRODUCCIÓN
La violencia, como fenómeno social y cultural ha ampliado sus
fronteras contaminando todo tipo de vínculos interpersonales.
1 Asesora de Niñez, Adolescencia, Violencia Familiar y de Género en Córdoba Capital.
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Esta problemática, de larga data, viene sumando, de manera si-
lenciosa, víctimas que ven menoscabados sus derechos humanos
cada día pero, lo cierto es que, debido a un paulatino proceso de
concientización ayudado por la expansión de las noticias a través
de las redes sociales, del trabajo de las agrupaciones que van for-
mándose en protección de los derechos de los más vulnerables y
la participación activa en marchas y reclamos sociales, la proble-
mática se ha colocado, en estos últimos tiempos, en boca de todos,
realidad que nos interpela a hacer, desde el rol que cada uno de
nosotros desempeña en su labor diaria y en la sociedad, los máxi-
mos esfuerzos por visibilizarla, combatirla hasta erradicarla y
sancionarla.
Dentro de las víctimas de la violencia en todas sus modalida-
des y tipos, encontramos a las mujeres como el grupo más nume-
roso, este es el motivo por que cual el Estado, en todos sus roles
y funciones se encuentra comprometido a diseñar y activar las
políticas públicas necesarias para abordarla, mitigarla y evitar su
reiteración, so pena de incurrir en responsabilidad interna e in-
ternacional.
Que las mujeres continúen siendo, en la actualidad, el grupo
vulnerado más numeroso, se debe a que aún se encuentran vigen-
tes estereotipos de género que la colocan en una situación de des-
ventaja y sumisión en comparación a los hombres. Pese a campañas
publicitarias, capacitación, programas educativos, dictado de leyes
protectoras, creación de andamiajes institucionales destinados a
abordar este flagelo y mitigar sus efectos y políticas públicas pues-
tas en marcha en todos los ámbitos, la resistencia que ofrece el
patriarcado exige redoblar la apuesta en protección de las mujeres
hasta lograr el tan ansiado objetivo: alcanzar la “igualdad real”
vista como la verdadera igualdad de oportunidades, la igual-
dad como “no sometimiento”, como “no perpetuación de la
inferioridad”, el real acceso a las mismas posibilidades que
los hombres, superando así la mera igualdad formal o igual-
dad como “no discriminación” en la que se asienta el artícu-
lo 16 de nuestra Constitución Nacional2.
2 Pasaron ya muchos años del fallo “González de Delgado, Cristina y otros c/Univer-
sidad Nacional de Córdoba”, el conocido caso del Colegio Nacional de Montserrat que
llegó hasta las últimas instancias judiciales en nuestro país por el reclamo, de padres de los

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