Violencia, aprietes y patotas, la trama oculta de la toma

"Tómensela de acá. La vamos a repudrir. Si entran, van a cobrar. No nos saca nadie y nadie nos va a censar. No los vamos a dejar entrar. Les vamos a romper todo. Esto es nuestro y nadie nos va a desalojar", expresaron algunas de las 50 personas que rodearon a Jonathan Daniel Alfonso, encargado de fiscalización del municipio de Presidente Perón cuando intentó ingresar en el predio de 98 hectáreas paraEl funcionario municipal vivió en carne propia la intimidación que ejercieron los autodenominados "delegados", sobre los vecinos que denunciaron la toma ilegal de los terrenos o contra el personal de la fiscalía que concurrió a buscar testimonios y pruebas para incorporarlas a la causa 06-02-002114/20 y 06-02-002232-20/00, que se instruye en la Unidad Funcional de Investigaciones de La Plata, a cargo de Juan Cruz Condomí Alcorta. La orden de desalojo dictada por el juez de Garantías de Cañuelas, Martín Rizzo, que debía concretarse entre el 23 y 25 de septiembre, fue postergada una semana debido a una solicitud del área de Acción Social del gobierno bonaerense, que intentó mediar en el conflicto. No obstante, la tensión en el predio sigue.Aunque la ocupación de dichos terrenos situados en las afueras de Guernica comenzó el 21 de julio pasado, en el expediente existen testimonios que indican que hubo intentos de ocupación en febrero. Según explicaron los testigos, la toma estuvo planificada y esos hechos previos formaron parte de una preparación para la ocupación que se concretó hace dos meses.Si bien en el censo se contaron 2156 personas que se instalaron en las casillas repartidas en las casi 98 hectáreas, muchas de esas viviendas precarias no estaban habitadas en forma permanente. Se trata de construcciones extremadamente frágiles, levantadas con armazones confeccionados con tirantes de madera y cubiertos de láminas de polietileno similar al que se utiliza para la fabricación de las bolsas de residuos. Esas láminas sirven como paredes, techos y puertas. Pero adentro no hay nadie. Esta clase de construcciones constituyen más de la mitad de las precarias viviendas instaladas en el asentamiento y están rodeadas de cintas que marcan el perímetro de la parcela.Este cronista pudo comprobar que nadie vive en esas casillas. Al asomarse no se advierte la presencia de ninguna persona, no existe ninguna señal de que alguien hubiera habitado esas casillas. Tampoco hay marcas de que el pasto fuera pisado dentro de esas viviendas. La falta de habitantes en...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR