En la villa 31 se venden casas a US$ 1000 el metro cuadrado

http://www.lanacion.com.ar/948693-el-otro-mercado-inmobiliario-de-retiroen planta baja, http://www.lanacion.com.ar/1581406-la-mugica-jovenes-de-los-curas-villerosSheraton Hotel, Marriot Plaza, Four Seasons hotel y calle Florida. Servicios. A pasos de subte, tren y 30 líneas de colectivos. Valor: 150.000 pesos. Sólo efectivo."El hipotético y tentador aviso clasificado podría atraer a curiosos, porteños y extranjeros. Inversores, no tanto... Se trata de una propiedad de apenas 20 metros cuadrados con una habitación estrecha, donde la luz se filtra por una pequeña ventana con rejas, un baño diminuto y kitchenette. Eso sí, ofrece una característica que escasea en el barrio: "Tiene agua fría y caliente", agrega a LA NACION el vendedor. La ubicación: está enclavada en el playón este de la villa 31, en Retiro.Por aquí, donde se multiplican las construcciones irregulares de cinco pisos –y hasta una ya se apresta a sumar el sexto–, el metro cuadrado se cotiza cerca de los 1000 dólares. Y hay propiedades por las que piden 200.000 pesos. Los alquileres también rozan lo inverosímil: una pieza en la villa, donde un inquilino comparte el baño con la familia propietaria, oscila entre los 1000 y 1500 pesos por mes. En el vecino barrio de Recoleta –donde el m2 se paga entre 2300 y 3100 dólares– el alquiler de un monoambiente arranca desde los 2300 pesos.En la villa 31, sobre terrenos usurpados desde 1930, viven más de 35.000 personas, según estimaciones del gobierno porteño. Dos veces más de las que había en 2001, cuando se censaron 12.204 habitantes. Hay 6198 viviendas que crecen en la precariedad, al tiempo que la ley para urbanizarla duerme en los despachos oficiales.Quien quiera comprar una vivienda deberá saber que la operación es sin escritura. El interesado sólo podrá hacerse de "un boleto de "compraventa". Así lo dijo a LA NACION el propietario de la casa en venta, que intentó tranquilizar a su presunto comprador con un guiño de confianza: "Olvidate. Comprás la casa y la alquilás. Nadie te va a molestar. Acá somos todos conocidos...".Las calles serpentean en la villa entre casitas sin revoques, donde la cumbia es un himno cotidiano.Día tras día, este lugar con mayoría de extranjeros crece en altura ignorando los escasos controles a la edificación y a la prohibición del ingreso de materiales.Una caminata por el corazón de la 31 permite verificar que la construcción está en auge. Los bolsones de arena descansan en las puertas de las casas. "Es lógico que la villa...

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