Vigilia

"Sordos ruidos oír se dejan" a cierta distancia de los portones de Luis María Campos 554. En la noche del lunes 8 de julio, las luces del parque del Regimiento de Granaderos dejan ver a una multitud alrededor de la escalera que sube al edificio principal. Entre la penumbra y el destello de los reflectores se hace difícil caminar. En medio de tanta gente, decenas de granaderos hablan, se sacan selfies con los visitantes y rompen con la idea de que son estatuas que hacen guardia.Un señor mayor le cuenta a su esposa que cuando le tocó el servicio militar no pudo ser granadero porque no le "daba el piné". Ahora, parado junto a uno de ellos, dice: "Pero al final no eran tan altos". La mujer se ríe, y el granadero también. La...

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