¿Vienen a ver el partido?

El Verde, el Polaco, el Peteco, el Marto y el Chino. Mañana, todos se juntarán en la casa de Tomás Quartino, publicista y músico. Por unanimidad, él fue elegido por su grupo de amigos como el anfitrión del Mundial. "¿Por qué en mi casa? -repregunta Quartino-. Cada uno tiene su rol. Está el que hace los asados o el que instaló la Play para que vayamos todos a jugar. Cuando se trata de fútbol, siempre vienen acá. Para mí el Mundial se mira por TV, y me lo tomo con seriedad". Señal digital, alta definición de imagen, sillón mullido de varios cuerpos, mesita baja para tener bebida, comida al alcance de la mano y un menú bien autóctono: locro al disco servido en cazuelitas individuales. A Quartino le gusta agasajar a sus amigos, y él se encarga de todo. "Yo pido que los invitados, si quieren, traigan algo especial, un detalle que haga la diferencia. Uno prometió helado celeste y blanco, veremos... Otro viene con cotillón. Y hasta se hicieron entradas para el evento, con reventa y todo".Es que un buen anfitrión, dice Quartino, no es sólo aquel que tiene todo perfectamente organizado. "Sino el que sabe resolver un imprevisto", asegura. ¿Cómo actuar entonces ante un vecino con señal de televisión analógica que celebre el gol entre dos o tres segundos antes? ¿Cómo se tolera ese fatídico delay? "Ahí se ve la capacidad de resolución. ¿Qué hago? Lo invito a casa, le mando una carta documento o amenazo a la mascota. Hay que estar atento en el primer corner, y si uno escucha en forma anticipada un «uhhh». Bueno, recalculás enseguida."Como Quartino, casi el 80 por ciento de los argentinos se reunirá en una casa para ver el partido. Así se desprende de una encuesta realizada por la Facultad de Turismo y Hospitalidad de la Universidad Abierta Interamericana (UAI), que quiso testear los hábitos de los argentinos ante la llegada del Mundial. Y la respuesta tiene su lógica, porque de los siete partidos que jugaría la Argentina si llega a la final, seis caen los fines de semana. Es cierto que algunos se fueron a Brasil, pero la mayoría, más que en viajar, piensa en cómo armar en su departamento el propio estadio."El segundo partido cae sábado al mediodía. Sale picada y asado en casa. Hay un voluntario que se postuló y no vamos a negarnos. Siempre está el que tiene que sacrificarse por el grupo -cuenta Kevin Kogan, que vive en Palermo-. La parrilla está en la terraza, pero desde ahí también se ve la tele. Está todo pensado. Yo creo que los más botones son los que van escuchando...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR