Un viejo galáctico, la nueva solución

Hasta hace poco más de dos semanas, cuando la continuidad de Rafael Benítez ya estaba amenazada, el presidente de Real Madrid lo defendía diciendo que el técnico "no era el problema, sino la solución". A las informaciones de la preacaria estabilidad del entrenador, Florentino Pérez respondía que había "una campaña contra Real Madrid". Ayer, en el frío anochecer madrileño, la máxima autoridad convocó a una urgente conferencia de prensa y no utilizó más de 20 segundos para comunicar que Benítez había sido cesado, y para darle la amarga cortesía del agradecimiento "por el trabajo realizado".

Florentino tenía apuro en cerrar el ciclo para anunciar que el reemplazante será Zinedine Zidane, que dirigía al Castilla (filial de Real Madrid), y estará acompañado por el argentino Santiago Solari, que hace dos años y medio que trabaja en la cantera del club; primero en la categoría cadetes y luego en juveniles.

Obsesionado por contrarrestar la edad de oro de Barcelona, Florentino Pérez adopta una estrategia similar a la de los catalanes cuando en 2008 ascendieron a Pep Guardiola del filial a la primera división. Zidane es un escudo, un placebo para el descontento de la hinchada, que en el Bernabéu se manifestó en más de una oportunidad con el grito "Florentino dimisión", y también para el plantel, que nunca empatizó con Benítez, ni futbolística ni humanamente.

Zidane fue uno de los grandes aciertos de Florentino en su primer ciclo, cuando alrededor del francés creó el Real Madrid de los galácticos junto con Ronaldo (el brasileño), Figo, Beckham. Zidane es el ícono moderno del madridismo desde que con una volea aportó la Novena, como se reconoce a la Liga de Campeones obtenida en 2002 en la final contra Bayer Leverkusen. Desde su retiro, Real Madrid buscó integrarlo al organigrama del club. Además de una experiencia en el Castilla con resultados irregulares -deja al equipo segundo en el grupo, con cuatro empates consecutivos-, Zidane fue asistente de Carlo Ancelotti en la temporada de la obtención de la Liga de Campeones 2014.

Para Florentino, el despido de Benítez a siete meses de haberlo contratado no sólo es un fracaso deportivo, sino también un revés a su mala lectura de lo que era más conveniente. De alguna manera, ayer triunfó la postura del plantel, representado en sus líderes de vestuario, Sergio Ramos y Cristiano Ronaldo, quienes no estuvieron de acuerdo con que no se le renovara el contrato a Ancelotti y nunca se amoldaron al trato y a los...

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