A Vidal le preocupa la caída de la actividad y enfrenta presiones del PJ por el ajuste

No es la eventual reducción en los fondos para obra pública. Tampoco tener que hacerse cargo del financiamiento de AySA, Edenor o Edesur, como exigen los gobernadores del PJ. El gobierno de mira con preocupación otros dos nubarrones en el horizonte económico: el traslado de la suba del dólar a los precios de los alimentos y, sobre todo, que el nivel de actividad general se enfríe demasiado por la suba de tasas adoptada para frenar la turbulencia financiera.

El primer punto quedó en claro la semana pasada, cuando la gobernadora advirtió que iba a "mostrar quiénes son los empresarios que están aumentando los precios que no tienen un componente importado en sus productos".

La advertencia generó revuelo porque recordó el libreto del secretario de Comercio kirchnerista y, por tanto, fue interpretada como un signo de desesperación de Cambiemos. Pero cerca de la gobernadora no dudan en seguir defendiendo esa movida: "Lo hizo porque alguien debía hacerlo. Alguien debía llamar la atención y convocar a la racionalidad a los empresarios".

Con la misma convicción señalan que la mayor preocupación pasa porque no se derrumbe el nivel de actividad y consumo.

"Vamos a tener un impacto, eso no se puede negar, lo importante será que sea acotado en el tiempo y en su profundidad. Para eso habrá que buscar una salida para bajar las tasas de referencia, que no pueden seguir mucho tiempo en el 40%", señaló a LA NACION una fuente con acceso a la mesa ultrachica que desde que se inició la corrida cambiaria se reserva las conversaciones económicas con la Casa Rosada: la integran Vidal; el jefe de Gabinete bonaerense, y el ministro de Economía de la provincia, .

Mientras no haya definiciones desde la Casa Rosada y el Fondo Monetario Internacional, el resto de los ministros y secretarios bonaerenses tampoco tendrán una hoja de ruta sobre eventuales ajustes o cambios de rumbo. Quizá por esa incertidumbre sea que hoy se respira menos optimismo en las segundas y terceras líneas que en la cúpula del poder bonaerense.

Los intendentes de Cambiemos, por su parte, temen que una reducción de la obra pública les haga pagar un costo electoral en 2019. "Si hoy hay 50 obras en los municipios oficialistas y 30 en los peronistas, van a cortar nuestras obras, porque no se van a resignar a entregar la elección en La Matanza o Lomas de Zamora", razonaban en un despacho de Pro.

En La Plata cortan de cuajo esas especulaciones. Continúan sin dar por cierto el recorte de $7500 millones en...

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