Vidal y Kicillof, una transición con demasiadas incógnitas

La experiencia electoral del peronismo en el Frente de Todos arroja saldo negativo. Aunque parezca contradictorio, el balance es consecuencia de haber ganado la presidencia y la provincia de Buenos Aires. Pero también de la derrota de Omar Perotti, Gustavo Bordet y Alberto Rodríguez Saá en Santa Fe, Entre Ríos y San Luis, respectivamente, con efecto inmediato sobre esos gobernadores. Cristina Fernández de Kirchner los privó de subir al escenario montado para el lucimiento de Axel Kicillof. La elección del nuevo gobernador se debe al desempeño de la coalición en el conurbano. Fuera de la primera y la tercera sección, Kicillof se impuso en la segunda. Es decir, fue derrotado en la cuarta, quinta, sexta y séptima. Equivale a la mayoría del interior bonaerense vinculado a la producción agrícola y ganadera. Para más datos, la zona geográfica a la que dedicó la campaña proselitista.También el triunfo de Fernández tributa al Gran Buenos Aires. Es de donde provienen los casi dos millones de votos de ventaja sobre Mauricio Macri. Más de la mitad son de la tercera sección. En los municipios de Lomas de Zamora y de Almirante Brown, el Frente de Todos rozó los 60 puntos. En La Matanza, 65. Los intendentes creen que su intervención es proporcional al resultado. No es lo que piensa Cristina. La alianza de los jefes comunales con ella se debe a la preeminencia que tiene desde 2011, cuando fue reelegida con el 54 por ciento de los votos. A los intendentes les pasa lo mismo que a los gobernadores. La incapacidad de construir un liderazgo alternativo los obliga a ser parte de un acuerdo que habilitó el ingreso de La Cámpora a su ingeniería política. Por eso, Cristina ofició de influencer la noche del 27. Una forma de relativizar la incidencia de Perotti y Bordet en la definición de la fórmula presidencial y de exigirle ocupar el segundo término.El de Juan Manzur es un caso excepcional. Su antikirchnerismo se fundó en la necesidad de marcar una diferencia con José Alperovich desde que lo sucedió en 2015 como gobernador de Tucumán. Con su reelección, el principal aliado de Fernández podría recorrer otro camino. O es lo que sugiere la presencia de Gildo Insfrán y Gerardo Zamora en la ceremonia de su asunción. Los gobernadores de Formosa y Santiago del Estero son cristinistas notables. Aunque la clave del acto fue la presencia de Verónica Magario, Fernando Gray y Gustavo Menéndez. Magario y Manzur se conocen desde los 90, cuando ocupó la Secretaría de Salud de...

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