La vida según Korda, retratista del Che, Castro y la revolución cubana

Para el mundo era "La niña de la muñeca de palo"; para Alberto Korda era Paulita, una pequeña campesina que no tenía juguetes en los inicios de la revolución cubana. Era su foto preferida y se emocionaba al contar la historia de la imagen que tomó en febrero de 1959, en las afueras de La Habana.

"Cada ciertos años la veía y siguió sacándole fotos. Paulita se graduó como enfermera, le avisó a papá que se casaba y le tiró fotos con su vestido de novia. Murió muy joven, de leucemia, un año y medio después de haberse casado." La historia de la niña campesina la cuenta Diana Díaz López, la hija mayor de Alberto Korda, albacea del archivo fotográfico casi incalculable que se encuentra en la Oficina de Asuntos Históricos de Cuba.

Se estima que sólo del período entre la llegada de Fidel Castro al poder hasta 1968 se conservan unos 55.000 negativos de distintas situaciones de la revolución cubana, que lo hicieron famoso en el mundo. Pero Korda, explica su hija, tenía tres pasiones: la moda, la revolución castrista y el mar. Y era un fotógrafo reconocido en su país, en el ambiente de la moda y la publicidad, mucho antes de la caída de Batista.

Una selección de las fotos que "tiró" Korda antes, durante y después de la revolución castrista podrá verse desde mañana y hasta el 13 del mes próximo en el Centro Cultural Borges (Viamonte y San Martín).

Con la excepción de un conjunto de fotos de plantas y fauna submarina y de una secuencia que registra un baile de tango en Caminito, en La Boca, en una visita que hizo al país en los 90, todas las imágenes son en blanco y negro, retratos con un...

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