La vida de Pochetti en prisión: perfil bajo y cuidado estético

vivía en una mansión de 1000 m2 en una zona residencial de Capital Federal. Solía caminar por Parque Saavedra, pero últimamente viajaba tanto al exterior que era difícil ubicarla en Buenos Aires. Incluso había encontrado pareja después de la muerte de , el exsecretario privado de , que la hizo millonaria, pero también la enredó en los .Pero la vida de Pochetti cambió en octubre: fue detenida, acusada de formar parte del esquema que ocultó US$70 millones fuera de la Argentina. Dejó los lujos en el penal de Ezeiza, aunque mantuvo su afición por cuidar su figura. Inteligente y respetuosa, fueron algunas de las definiciones que recogió LA NACION entre distintas fuentes que la frecuentaron en sus días de prisión. No se cansa de repetir en su entorno que se siente "aliviada" desde que tomó la decisión de convertirse en arrepentida.Nunca le escuchan quejas sobre las condiciones de su detención en el penal de Ezeiza. Lleva buena conducta y mejor relación con sus compañeras, pero quienes la conocen sostienen que fueron estos meses en la cárcel los que motivaron su cambio de postura ante la Justicia, que culminó con su confesión ante el juez Claudio Bonadio. "Como ya les pasó a muchos empresarios, ella siente que le cambiaron la vida completamente, pero ya lleva tres meses así", resumieron desde su entorno.Calzas anaranjadas, zapatillas con plataformas y una camisa de jean. Maquillada y peinada, como siempre, caminó escoltada por el cuarto piso de Comodoro Py. Pochetti, 42 años, despertó la mirada intrépida de algún hombre a pesar de llevar varias semanas detenida. Según pudo reconstruir LA NACION, la viuda de Muñoz le dedica varias horas por día a la actividad física en Ezeiza. Nunca descuidó su estética."Se queja porque extraña a su familia y se pierde los cumpleaños y esas cosas, pero nada más", relató alguien de su entorno ante este diario, pero insisten en que está "contenida". Su vida social en la cárcel se limita prácticamente a sus 12 compañeras, pero recibió la visita de algunos familiares y un par de amigas, las encargadas de mantener al día la tintura de su cabello.En esa contención se apoya para resistir unos días más detenida, si hace falta, para no arriesgar que el precio de su confesión sea demasiado alto. ¿Por qué? A pesar de convertirse en arrepentida, todavía sigue presa. Si apura los trámites y apela su excarcelación ante la Cámara Federal, otro revés podría mantenerla en Ezeiza hasta el final del juicio. En cambio, espera que su...

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