La vida en espera

La fila para tomar el colectivo o cargar combustible, la del supermercado, los trámites en el banco, el tráfico, un turno médico, el check-in en el aeropuerto... Todos estos y muchísimos otros fragmentos de nuestra cotidianidad son

Aunque son sufridas en pequeñas dosis, estas demoras que se repiten a lo largo del día, de las semanas y los meses suman entre dos y cuatro años de la vida laboral de los habitantes de las grandes ciudades de América latina. Así lo revela un estudio encabezado por Roberto Igarza, doctor en Comunicación Social, investigador en nuevas formas de consumos culturales y autor del libro Burbujas de ocio.

Según el estudio, que indaga en el uso que los sufridos habitantes de las megalópolis contemporáneas les dan a esos "tiempos muertos", la población que tiene entre 18 y 65 años consume de 6 a 11% de su tiempo de vigilia en pausas y esperas.

Cuánto varían estos tiempos de demora entre una persona y otra depende de la situación socioeconómica individual, la edad, el tamaño de la ciudad y la distancia que hay entre su casa y el lugar de trabajo.

Ahora bien, ¿en qué se va el tiempo de espera? Según observa Igarza, hay cinco grandes grupos de situaciones, aunque principalmente lo insumen los servicios públicos. "El servicio público, gestionado por un privado o por el Estado, en este momento, es el principal determinante de estos tiempos «basura»", asegura Igarza.

Específicamente, los desplazamientos (es decir, el nomadismo) llegan a representar tres de cada cuatro minutos de espera, aunque en muchos casos, el tiempo que insume en transporte en sí no conforma un "tiempo basura", ya que la persona puede no percibirlo así si puede, por ejemplo, acceder a un dispositivo móvil que le permita comunicarse, o entretenerse o trabajar.

"Lo que ya no existe son las fronteras que separan los espacios-tiempo que dividen el ocio de lo productivo y la comunicación interpersonal –agrega–. Esos tres espacios que antes tenían una caracterización propia que los diferenciaba, hoy ya no la tienen. Entonces, los tiempos de desplazamientos permiten que cualquiera de esos espacios-tiempo se inserten dentro del desplazamiento."

Otro gran concentrador de esperas es el sistema de salud, altamente complejizado, que suele aparecer recurrentemente en relatos de pacientes como una de las instancias más angustiantes o molestas dentro de las demoras recurrentes.

En las gestiones ante el Estado aparece otro foco de esperas, ya sea cuando se realiza una...

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