La victoria necesaria, con un polo descartable

Qué partido. ¿Partidazo? No, en absoluto; más bien lo contrario. Pero estuvo tan lleno de incidencias que tuvo su cierto atractivo. Y que, pese a ser cortadísimo, a un intento de suspensión y a un juego mayormente deslucido, mantuvo a la gran mayoría de la concurrencia en su sitio hasta el desenlace, por la sola intriga de quién iba a ganar. Y La Natividad vs. La Aguada-Las Monjitas no tuvo dueño seguro hasta el mismísimo cierre, cuando a tres segundos del campanazo un tiro de Cristián Laprida (h.) hizo sufrir a los rivales.En definitiva, La Natividad se impuso por 15 a 14 y así ganó esa suerte de cuarto de final del Argentino Abierto que es el choque de la cancha 1 en la primera fecha de un grupo, en este caso, el B. Un resultado importantísimo, porque vencer implica llegar a la resolución de la zona, y perder, quedar al borde de la eliminación.Padeció el equipo verde. Todo el encuentro. Fue atrás en el tablero durante mucho tiempo, e incluso ingresó un gol abajo al último chukker. Pero, como alguien dijo en los palenques del adversario, ya tiene como de hijo a Las Monjitas, cosa que Eduardo Novillo Astrada (h.) adjudicó a la falta de experiencia del conjunto naranja. Lo cierto es que en Tortugas La Natividad lo doblegó por 14 a 12, y en Hurlingham le dio vuelta el marcador y terminó derrotándolo por 14-13 en el único tiempo suplementario que lleva la temporada.También en Palermo, ayer, lo tuvo a maltraer la formación B de La Aguada. Al principio, con los throw-ins (6-2 hasta el segundo período). Y en todo el partido, con la pareja de medios, Eduardo-Magoo Laprida, que complicó al rival con mucha posesión de bocha. No siempre bien destinada, por cierto, y fue común que a un error de manejo de Las Monjitas lo siguiera un gol ajeno. Por bastante de eso, y por mérito propio, La Natividad tuvo un tercer chukker formidable y el 5-0 parcial lo hizo pasar al frente. ¿El despegue que necesitaba? Nada que ver...Nunca logró sacarse de encima la presión naranja. Nunca alcanzó a hilvanar pases y corridas. No le pegó largo a la bocha...