Una victoria dialéctica para la Casa Rosada

Un camino brumoso, frágil, se abrió ayer para evitar un choque definitivo entre oficialismo y oposición. El impuesto a las ganancias podría no ser un derrota política para el Presidente si las decisiones del Senado se postergaran y se abriera, en cambio, una amplia negociación para definir ese impuesto.

No obstante, nada estaba definitivamente terminado y todas las alternativas estaban abiertas. La única victoria cierta del Gobierno, hasta anoche, era dialéctica: todos los exponentes serios del peronismos, entre senadores y gobernadores, consideraban que el proyecto de Sergio Massa y Áxel Kicillof era inviable (para usar el calificativo más elegante que se escuchó).

El bloque de senadores peronistas no sabía ayer si habría un solo despacho de comisión y menos aún si lograría reunir hoy los dos tercios de los votos del Senado que se necesita para habilitar el tratamiento del proyecto. La presión de los gobernadores había comenzado a tener efecto. Hasta ahora, gran parte de los mandatarios provinciales había confiado en que entre el precipitado proyecto de la oposición en Diputados y sus bolsillos se interpondría el veto del Presidente. Que Macri pagara, entonces, el costo político.

Esa certeza de los gobernadores se derrumbó cuando el gobierno federal dejó trascender que estaba dispuesto a un veto parcial del proyecto. Es decir, dejaría el impuesto a las ganancias tal como lo aprobó Diputados y vetaría toda la parte relacionada con nuevos impuestos o restitución de retenciones.

El Gobierno, se dijo, compensaría la caída de la recaudación no girando adelantos de dinero a las provincias y reprogramando el envío de recursos para obras públicas. Hubiera sido una salida desesperada y audaz: los problemas de las provincias, cuando no están motivados por la impericia manifiesta de los gobernadores, terminan siempre explotando en el despacho presidencial.

De cualquier forma, es cierto que la modorra de los gobernadores fue sorpresiva para un Gobierno que esperaba una devolución de favores. Macri les restituyó a todas las provincias el 15 por ciento que se les retuvo indebidamente durante muchos años para financiar la Anses.

Podrá decirse que esa decisión estuvo respaldada en una resolución de la Corte Suprema, pero el tribunal sólo había reconocido los derechos de tres provincias (Córdoba, San Luís y Santa Fe). El resto de las provincias debía recorrer el mismo camino judicial de las tres beneficiadas por la decisión de la Corte. Macri les abrevió...

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