Vicentin, otro paso de un plan mayor

Dos fiscales españoles llegan a Buenos Aires para conocer la de la corrupción. Preparan la acusación de los exdirectivos de la constructora Isolux por el envío de la plata con la que supuestamente el ex-CEO de la filial argentina Juan Carlos de Goycochea pagaba a los sobornos para quedarse con la obra de la central de Río Turbio (serían 18 pagos de 300.000 dólares cada uno). Los fiscales acceden a la confesión del ex-CEO local, recorren la ruta de las coimas que Centeno resumió en ocho volúmenes, conocen el inframundo de las financieras y quedan azorados con los videos de la Rosadita, un festival de billetes y whisky, y aquel de antología en el que un trasnochado José López oculta nueve millones de dólares en un convento con ayuda de una monja. "Lo que aquí ya no genera asombro a los españoles les pareció un capítulo de Netflix que terminaba con bolsos de dinero depositados en el departamento de la vicepresidenta Cristina Kirchner",Esto ocurrió en enero. Con estos elementos, los fiscales españoles acusaron esta semana a varios directivos de la casa matriz. A lo mejor consiguen allá lo que en la Argentina parece impensable. Lo que vieron aquí es surrealista, pero más lo es el hecho de que la entonces presidenta hoy domine la escena (Presidente incluido) y aproveche la pandemia para avanzar a paso redoblado contra la Justicia y el campo (impunidad y dinero) a fin de consumar sus venganzas y reducir al país a un feudo donde todo responda a su voluntad. ¿Cómo esta persona, acusada de liderar semejante asociación ilícita, volvió a ganar las elecciones?, se habrán preguntado estos fiscales.La pregunta lleva a otra. ¿Cómo un populismo de características fascistas, cuyo modelo acabado es la provincia de Santa Cruz, pasa a encarnar aquí la izquierda o el progresismo? La historia argentina y la tradición camaleónica del peronismo ayudan, pero el factor clave es la capacidad de simulación de Cristina Kirchner, artífice de un relato que vende épica de café a los jóvenes idealistas y a los intelectuales retro mientras, en las sombras, ella construye su imperio con políticos, arribistas y empresarios que se someten a su férula por los beneficios del poder, el temor a su capacidad de daño o insondables condicionamientos psicológicos. Tal vez, todo eso junto.A sus muchos rostros, ahora ha sumado su máscara más sutil y engañosa, que le facilita el escape del brazo de la Justicia (cada vez más cercada) y la posibilidad de apelar a otra voz que suene más...

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