Un viaje entre usuarios que se apiñan y cientos de bicicletas

La pregunta obligada de todo aquel que subía ayer al furgón de cola del ferrocarril San Martín, ramal Retiro-Pilar, de las 18.21, era quién de entre los pasajeros se había salvado de la tragedia del día anterior.LA NACION viajó ayer en una de las primeras formaciones que partió de Retiro tras el restablecimiento del servicio. A bordo del tren, los rostros de cansancio por una larga jornada laboral comenzaban a relajarse cuando los usuarios entraban en el furgón, ese rectángulo de no más de 30 metros cuadrados donde rápidamente se llegaron a apiñar medio centenar hombres, una mujer y una docena de bicicletas.Cuando el tren llegó a la estación Paternal el furgón ya estaba lleno. Sólo allí, y tras chequear que los "conocidos" estuvieran a bordo, los pasajeros se comenzaron a relajar y a charlar. "Nosotros tres siempre viajábamos juntos en este tren, pero ayer [por anteayer] nos separamos porque salimos en diferentes horarios de la obra y por eso nos salvamos", relató a LA NACION Christian Silvero, de 29 años, mientras sus compañeros de una obra en Flores asentían con la cabeza."Yo tenía como 20 llamados al celular a la noche de mi familia para saber cómo estaba", se sumó a la charla otro de los pasajeros, Hugo Cabrera, de 27 años. "A mí me pegó en el corazón. Hasta me saltaron las lágrimas al ver las imágenes y pensar que podría haber sido cualquiera de nosotros", explicó...

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