Un vía crucis de fechas para Alberto Fernández

Alberto Fernández

Hoy fue el día del nacimiento de Francisco, el hijo de Fabiola Yañez y del presidente Alberto Fernández. Hay que desearles, como les deseó Cristina Kirchner desde Instagram, felicidades y, sobre todo, a Alberto Fernández que viva este día de alegría muy intensamente. ¿Por qué? Porque lo que le espera de ahora en adelante es una especie de vía crucis de fechas, para decirlo con un término adecuado para esta época del año, dado que están por sucederse una cantidad de desafíos traumáticos. Todos tienen que ver con la economía y con la forma en que la economía se cruza en este oficialismo, dramáticamente, con la política.

El primer hito de ese calendario endiablado es pasado mañana: el 13 de abril. Es el día en que se va a conocer el nuevo índice de inflación. Se supone que va a ser de entre 6,2% y más de 7% en alimentos. Es un golpazo porque quiere decir que la inflación está disparada, y para atenuar ese golpe el ministro de Economía, Martín Guzmán, acaba de hacer declaraciones en C5N con Gustavo Silvestre. Fue a ofrecer una entrevista para anticipar que va a ser un índice muy negativo, pero que va ser el índice más alto del año, porque él promete que la inflación después va a ir bajando. Este es el principal problema que tiene Guzmán, por lejos.

De esto deriva el conflicto con el kirchnerismo, con Cristina y con La Cámpora: una política económica muy difícil de manejar, que da permanentemente muy malas noticias. Estamos hablando de una inflación que va escalando, que sube casi dos puntos porcentuales en un mes. Esto genera expectativas muy negativas, que prometen que va a seguir subiendo y no bajando como dice el ministro. Y hay que tener en cuenta que el problema se plantea con dos factores controlados: el dólar intervenido, ya que hay cada vez más restricciones sobre el mercado de cambios, y las tarifas congeladas. En algún momento, por el pacto que se hizo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), habrá que ir soltando el dólar y liberando las tarifas y eso promete, por lo menos episódicamente, un nuevo escalón inflacionario. Es decir, que si se cumple el sendero de medidas que pactó Guzmán con el Fondo, lo más probable es que haya más inflación y no menos. Inclusive, uno podría pensar en una inflación virtuosa, porque es una inflación que deriva de ir tomando medidas que normalizan estructuralmente la economía. Pero la idea de que ésta va a ser la inflación más alta del año, es una idea muy discutible, como fue la del año pasado cuando Guzmán dijo que la inflación anual iba a ser del 29%.

¿Por qué esto es importante? Porque estamos hablando de una inflación muy alta, durante muchos meses, en un marco general de estancamiento de la economía, que ya lleva por lo menos 12 años. Entonces, inevitablemente tiene consecuencias políticas importantes que se reflejan en las encuestas. Nosotros venimos insistiendo y vamos a insistir todavía más en este problema, en la erosión política que produce, no solo al Gobierno sino a la clase política en general, a la percepción que el público tiene respecto de las prestaciones de la clase política y de la democracia, este desempeño económico.

Esta vez vamos a mirar un estudio que acaban de hacer Shila Vilker, del Grupo de Opinión Pública, y Raúl Timerman, de Tres Punto Zero. En un cuadro se muestra la expectativa que tiene la gente sobre la situación personal. Distinguen entre el total de la gente y la clase media, que es la que especialmente determina al mover su voto el rumbo del poder. En ese cuadro se observa que un 23,3% de las personas consultadas considera que la perspectiva de su vida personal y la de su familia será entre buena y muy buena; el 64,9% cree que va a ser mala y muy mala. Si vamos a la clase media, el 70,4% cree que le va a ir peor y solo el 20% cree que el año que viene va a estar mejor. Esto es importante porque estamos hablando de dos sociólogos de los que no se puede sospechar que sean enemigos del Gobierno. Si recordamos bien, fue Timerman el que transmitió públicamente por un mensaje del Presidente que los candidatos en la provincia de Buenos Aires y en la Capital iban a ser Victoria Tolosa Paz y Leandro Santoro, lo que desencadenó la pelea con Cristina y Máximo Kirchner. Es decir, estamos hablando de alguien que tiene buena comunicación con el oficialismo.

La expectativa que tiene la gente sobre la situación personal.

Estos números, que hablan de mucho desencanto, se reflejan en este cuadro político en donde se le pregunta a la gente cómo se definirían entre las opciones kirchnerismo, peronismo, macrismo, albertismo, entre otras. El 47,8% no tiene identificación con ningún grupo político: el 23,6% se autodenomina independiente, el 16,5% ninguno de los anteriores y el 7,75% no sabe. Los números de la economía se reflejan en estos números de la política. Acá está el huevo de la serpiente, acá está el desencanto económico reflejado en términos de desencanto político. Esto hace juego con la abstención electoral, con el voto en blanco, con la aparición de fenómenos radicalizados que crecen en cada elección. Si tomamos la clase media, la cifra es similar: 47,4% de los consultados dice no identificarse con ninguna de las opciones que ofrece el menú de la política.

Estudio sobre las identidades políticas en la Argentina.

¿Este malestar se le puede imputar a Martín Guzmán? Obviamente que este número de inflación sí. A propósito, un detalle: no sabemos cómo es que se filtró el dato de la inflación desde el Indec. El ministro tuvo la primicia, que la comunica seguramente para atenuar el impacto político de todo...

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