Una verdad perdida entre los escombros

Estuvo desde los primeros minutos en que estalló la bomba en la embajada de Israel en 1992 y no sólo atendió los temas jurídicos. También se encargó de buscar sobrevivientes entre los escombros, tuvo la amarga tarea de reconocer cuerpos para enviarlos a sus familiares en el exterior y luego luchó para que la Corte Suprema investigue a fondo el ataque terrorista.

Por todo ello, Israel Imar, el histórico abogado de la embajada israelí en Buenos Aires cree que "se perdieron los cinco primeros valiosos años" de investigación criminal ya que hasta agosto de 1997 la Corte sólo libró exhortos, no delegó la investigación y poco investigó. Además, el abogado externo de la sede diplomática aclaró que "Israel tenía el derecho, como particular damnificado, en constituirse en parte querellante. Es decir, ser parte activa en el Expediente". Pero remarcó que el tema fue debatido en el seno del Gobierno de Israel que luego decidió que 2el Estado de Israel no se constituyó en parte querellante porque confió en la justicia de la Argentina.

En diálogo con LA NACION, Imar expresó que "salvo el chofer del móvil-explosivo que se inmoló, los demás criminales terroristas cobardes huyeron y al día siguiente festejaron por la TV y las Solicitadas en los diarios de El Líbano el éxito de acto heróico".

A las pocas horas de ocurrido el atentado el abogado de la embajada desechó de plano la teoría de la implosión por un simple motivo: recorrió el lugar y bajó al zótano acompañado por un alto funccionario judicial donde pudo ver, a simple vista, que la caldera allí instalada no solo no había explotado sino que, ni siquiera, había sido dañada. Para Imar la teoría de la implosión "fue falsamente intencional que tuvo un costo tremendo de tiempo y dinero para la investigación y que finalmente fué judicialmente rechazada en virtud de las pericias realizadas por peritos académicos irrefutables".

Hacia el futuro de la causa, Imar no descarta un acuerdo internacional para dar con los culpables y "lograr una presión suficientemente fuerte para que aquellos que siguen auspiciando cobardemente el terrorismo desde un estado no puedan sino renunciar a su metodología".

Para el abogado de la embajada la causa sólo empezó a cobrar fuerza cuando la Corte designó secretario Penal de la Corte Suprema a Esteban Canevari. Antes de ello, Imar sostuvo que la Corte no estaba preparada, no tenia infraestructura...

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