Verano 2014: el Año Nuevo salvó la quincena en Mar del Plata

MAR DEL PLATA.– A medida que transcurre enero y, con él, el período más activo de la temporada, más valor suma aquel último fin de semana de diciembre, con playas repletas y una sorprendente ocupación casi plena de hotelería y departamentos en vísperas de Año Nuevo.Se vivió entonces el pico de una quincena que tuvo un arranque anticipado y fantástico, pero que se cierra sin más para festejar que un par de puntos más de turistas arribados que en igual período del año anterior.El resto, salvo algunos matices, es un calco de lo vivido en los primeros 15 días de 2013: las estadías cortas cada vez más arraigadas, niveles de gasto muy moderados y miradas expectantes –algunas, muy preocupadas– en prestadores de servicios que se habían ilusionado con un repunte más contundente tanto en movimiento de gente como en consumo.Uno de los ejemplos más notables es el de los teatros. De no mediar una mejora en los próximos días, los productores ya olfatean una de las peores temporadas –si no la peor– de la historia de esta plaza. Para esta fecha, el año pasado había quejas del mismo tenor. Hoy comprueban que aquello en realidad no era tan malo. O que podía ser peor.El informe oficial del Ente Municipal de Turismo, difundido ayer por la tarde, confirma que Mar del Plata recibió 1.300.000 turistas desde el 1° de diciembre hasta anteayer. La estadística destaca un incremento del 2% con respecto a los arribos logrados en igual período del año anterior. "Estas cifras demuestran que las expectativas que se habían generado para este verano se están afianzando", señaló el titular del organismo, Pablo Fernández. "Estamos viviendo una buena temporada", afirmó.Una de las claves de estas últimas dos semanas ha sido el clima. El sol reinó en la mayoría de las jornadas. En el inicio, altas temperaturas que llegaron a superar los 38 grados. Luego llegó el viento, molesto y a veces fresco, como aconteció en las últimas dos jornadas. No tan grave como para ver las playas vacías, pero lo suficiente como para mostrarlas con una población raleada, situación que sufren desde los que alquilan carpas en los paradores hasta los que venden panchos y helados en la orilla.Los números globales y fríos del Emtur resultan optimistas. Pero los comerciantes palpitan una realidad algo distinta porque admiten la buena cantidad de visitantes, pero también, y por sobre todo, una demanda moderada que sólo se vuelve interesante y rendidora entre viernes y domingo. Una lógica de turismo de fin de semana que se...

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