La venganza de Diana: sus hijos toman su agenda y el control de su recuerdo

MADRID. Veinte años después de su muerte, el recuerdo de Diana Spencer, princesa de Gales, no sólo perdura, sino que, en una extraña parábola, parece moldear más que nunca el ánimo de quienes serán los herederos y cara fresca de la corona británica.

"Mi madre era un ser excepcional. Les hablo permanentemente de ella a mis hijos", dijo el príncipe Guillermo, su hijo mayor y segundo en la línea de sucesión al trono en un revelador documental compartido con su hermano, el príncipe Harry.

Más allá del cálido homenaje a una madre ausente, los comentarios marcaron un giro singular para la figura de quien, en su momento, cuestionó las formas de la casa real más poderosa de Europa.

El sello de la mujer que causó dolores de cabeza a Isabel II traslada, en lo político, un estilo y agenda para los herederos que contrasta el rigor, la distancia y la frialdad característicos del rígido sistema de Buckingham.

La ex mujer del príncipe Carlos, heredero al trono, murió el 31 de agosto de 1997 en un accidente de tránsito en París. Llevaba, entonces, un año divorciada de lo que calificó como "un matrimonio de pesadilla". Los días que siguieron a su muerte constituyeron el peor momento del reinado de Isabel, con la ciudadanía furiosa por su indiferencia ante la muerte de la figura más querida.

"Finalmente, apareció", titularon los diarios cuando, seis días después, la soberana se dignó a evocarla con un discurso.

El entonces primer ministro Tony Blair tuvo que rogarle que lo hiciera, a riesgo de llevar al abismo a la monarquía. Pero no fue suficiente. La muerte de la "princesa del pueblo", como la llamó el laborista Blair, disparó un duelo nacional nunca visto y, ante la fría reacción inicial de Buckingham, el punto más débil de la monarquía. Nadie, entonces, hubiese apostado por la aceptación que tiene hoy.

No es un secreto que la reina detestaba a Diana. Pero hoy las cosas parecen haber cambiado. "Es probable que, después de todo, debamos agradecerle", dicen que deslizó en su entorno, según reveló en marzo el Daily Mail, al publicar entrevistas a personas de su círculo íntimo. Según la nota, "la reina ve lo mucho que Diana resplandece" a través de sus hijos. Un efecto que captan los británicos, que tuvieron en ella a la figura más popular y carismática.

Pero, como dice el tango, veinte años es nada. Los herederos Guillermo y Enrique maduraron y tomaron el toro por las astas. Convencidos de que, en todo ese tiempo, la casa real no supo honrar ni reconocer a...

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