Venezuela: devastadora agonía

Como era de suponer, atento a la ineptitud de sus gobernantes, la población de Venezuela continúa sufriendo hambre y enfrenta consecuencias angustiosas de largo plazo, inmersa en una afligente situación social. El secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo, acaba de calificar la crisis venezolana como "el peor desastre generado por el hombre en el mundo moderno". Es difícil disentir en tan tremenda afirmación. Entre siete y ocho millones de personas que viven en Venezuela tienen hoy graves problemas de desnutrición ante un Estado incapaz de garantizar a su población el acceso a un mínimo razonable de alimentación. La FAO estima que más del 21% de los venezolanos están ya desnutridos. Cuando Nicolás Maduro accedió al poder, ese guarismo era de 6,4%.Como parte de su fallido sistema colectivista, el gobierno venezolano distribuye cajas de alimentos entre la población mientras aprovecha la oportunidad para hacer un extendido espionaje social, a lo que se suma que algunos de los más altos funcionarios y familiares de Maduro podrían estar incursos en esquemas de corrupción directamente vinculados con la provisión de alimentos. Lo cierto es que los venezolanos, en gran medida, en términos de ingesta alimentaria solo acceden a poco más de 1500 calorías diarias, cuando lo recomendable son 2300.La extendida pobreza, por lo demás, azota muy en particular algunas regiones de Venezuela. En la ciudad de Maracaibo, por ejemplo, se estima que tres cuartas partes de las familias sufren hambre. Ocho de cada diez de estas ya no pueden acceder a las proteínas derivadas de la carne vacuna o de pollo y se alimentan fundamentalmente con las tradicionales arepas, la popular mezcla de margarina, pasta y...

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