Vencer el miedo: las mujeres que se animan a denunciar

Fernanda Serna dice que por primera vez en más de 10 años se siente dueña de su vida. Aunque para recuperar el gobierno de sus emociones y de sus actos requiera de una custodia en la puerta de su casa. "Puede sonar increíble, pero después de que me quemara el 45% del cuerpo, apareció con flores y volví con él. Lo único que sentía era miedo", cuenta esta peluquera rosarina de 48 años. "¿Sabés lo que tuve que hacer para animarme a denunciarlo? Cuando me estaba recuperando de las quemaduras, me dio una paliza. Con la ayuda de una amiga me interné en una clínica. Ahí me sentía segura y pude pensar. Conseguí que me llevaran a un hospital para que constataran los golpes. Y con esas pruebas, en enero de 2014 lo denuncié", reconstruye.

Sin embargo, su caso pertenece a una minoría. En su mayoría, las mujeres que son víctimas de violencia física, psicológica, sexual, económica o simbólica no denuncian. A mediados del año pasado, un informe del Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat porteño hecho en base a 1000 casos reveló que sólo una de cada 10 mujeres que sufrieron violencia machista radicó la denuncia. Mientras que al revisar los 290 femicidios que registró en 2016 La Casa del Encuentro, apenas el 16% había denunciado previamente a su asesino.

"Es terrible, pero la mujer no cree en la Justicia porque el femicidio por parte de parejas y ex parejas es el último eslabón de una cadena de maltratos, humillación y golpes", advierte la presidenta de La Casa del Encuentro, Ada Beatriz Rico. Para ella, ese descreimiento se basa en comisarías y fiscalías que desalientan las denuncias, sobre todo las vinculadas a la violencia psicológica; policías y empleados judiciales que no saben cómo asistir y orientar a las víctimas para que pongan en palabras lo que vivieron.

"Tampoco ofrecen el tiempo de respuesta que necesita la víctima. ¿Qué seguridad tiene la mujer si en la mayoría de los casos, después de hacer la denuncia, recién a las 24 o 48 horas se cita al agresor?", agrega Rico.

Cuando Lidia González, de 57 años, repasa qué es lo que ganó al denunciar a su esposo se le vienen a la mente dos imágenes. La primera es la de ella, "una mujer viva y caminando con la cabeza levantada". Y la segunda es "la de un papel", la orden judicial que desde hace cuatro años obliga a que su ex pareja no se acerque a más de 200 metros de su casa en Ciudadela. Según cuenta, empezó a golpearla cuando estaba embarazada del primero de sus cinco hijos.

A su pareja la conoció a...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR