El vandalismo en la ciudad

Una forma de vandalismo es el acto de dañar o destruir algo, por lo general de orden público, sin una motivación aparente. Esta modalidad delictiva le ocasiona al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires un gasto superior a los cinco millones de pesos mensuales para reparar los daños producidos por la recurrente conducta de algunos inadaptados. Estatuas robadas o deterioradas, contenedores de basura golpeados, señales de tránsito destruidas, pintadas a edificios históricos y placas de bronce de los monumentos que desaparecen son algunos de los blancos elegidos. A ello se suman los destrozos en plazas y parques, que en más de 80 casos tuvieron que ser enrejados y cerrados durante la noche.

El caso de las obras de arte atacadas es uno de los más indignantes. Cada mes, el gobierno porteño destina 1.850.000 pesos en recuperar estatuas, fachadas de edificios históricos y otros ornamentos del espacio público. El daño es tan repetido que la ciudad debió crear un "hospital" para las estatuas, el Centro de Monumentos y Obras de Arte.

El Código de Contravenciones penaliza con una multa de 200 a 3000 pesos y 15 días de trabajos de utilidad pública a quien dañe una propiedad pública o privada, y el doble si son monumentos, escuelas u otros edificios. El problema es detectar a los vándalos. Desde ya que no es fácil sancionar conductas que, por lo general, se expresan amparadas por la oscuridad o por la soledad de las calles y que, por lo tanto, nunca tienen un responsable identificado o identificable. Sin embargo, en el caso del subterráneo, donde la vigilancia con policías y cámaras de seguridad es más efectiva, se logró limpiar al 100% de los vagones con grafitis, con una inversión de 10 millones de pesos. En varios casos, la Justicia sancionó a los autores...