Vamos, Bugs Bunny, todavía

BOGOTÁ.- Al cabo de una vida entre foros sobre esto y aquello, es hora de anclar en una idea: en cuestiones políticas y sociales, la capacidad humana de predecir los acontecimientos que sobrevendrán es modestísima, paupérrima.Hemos cargado sobre los encuestadores de opinión el desconcierto por infinitos desaciertos: aquí, en Europa, en los Estados Unidos. Vamos, se impacientan los creyentes, ¿cuándo acertarán una? Pero del resto de quienes pretendemos correr el cortinado del futuro ¿qué? Los encuestadores más listos se abstienen de publicar datos que apilan aun a costa de perder glamor en el trabajo. Hacen bien. Habrían tropezado con el impensado mazazo de los Fernández a Macri-Pichetto, del 11 de agosto, y se habrían llevado otra baldosa traicionera por delante, .Una sociedad reticente a mostrar las cartas de antemano los habría sorprendido con esto de que las diferencias se redujeran a casi la mitad; la conformación del Congreso quedara en paridad de fuerzas, y lo principal: un 40 por ciento del electorado votó por valores, aunque el consumo, el más efectivo succionador de sufragios en el planeta, penaba hasta sin aire para el soplido.Al acotar las anteriores diferencias, unos 10 millones de votantes antepusieron los valores de la decencia, la libertad, la independencia de poderes y un orden mínimo para la seguridad física y la convivencia ordinaria a las angustias y la bronca, tan comprensibles cuando la economía se desliza barranca abajo. Penurias por doquier en el poder adquisitivo y zozobras por la inflación que impide saber el precio real de la moneda.Estamos en Bogotá para participar del Foro Iberoamérica, en su vigésima versión. No se habla de la Argentina en especial en los plenarios, pero sí en pasillos y cafeterías. Como decía el finado Roberto Fontanarrosa, esas son las verdaderas arterias de los congresos, donde las gentes se cuentan todo. Tuvimos en las reuniones al presidente Iván Duque y a cuatro premios Nobel, entre ellos a Johannes G. Berdnorz, el físico que lo obtuvo en 1987 por contribuciones a la superconductividad de materiales cerámicos, y al alemán Harald Zur Hausen, galardonado en Medicina en 2008 por el descubrimiento sobre cómo se comporta el virus del papiloma humano. Estos cuatro invitados, sí, aportaron certezas incuestionables, las de las ciencias pura y aplicada.Como a Ricardo Lagos, uno de los dos presidentes del grupo, lo retuvieron las urgencias de la política chilena, las deliberaciones quedan en manos...

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