'Los valores que trajimos del Mundial fueron un espejismo'

Las repercusiones y las derivaciones por el escandaloso superclásico en la Bombonera, último episodio de la trilogía de mayo, no se detienen. Es una señal inequívoca de la decadencia que envuelve al fútbol argentino, donde todo sucede y poco genera asombro. Un peligroso acostumbramiento a tolerar lo que está fuera de los límites, ya que el corrimiento de las fronteras se hizo algo de todos los días.

Hace 10 años, Javier Mascherano empezó el recorrido internacional, hoy en Barcelona, donde anteayer fue campeón de la Liga y espera la final de la Liga de Campeones, ante Juventus, en Berlín. Todavía provoca escalofríos la arenga del Jefe a Sergio Romero, antes de la tanda de penales con Holanda, en las semifinales de la Copa del Mundo de Brasil. El volante ofreció definiciones contundentes sobre las imágenes que llegan del fútbol en que se formó. "La reflexión que tengo es de una tristeza enorme. No por los colores ni el deporte, si no por el país. El fútbol refleja la cultura de un país, la actualidad de un país, y nos refleja tal cual somos. El fútbol argentino es lindo por su pasión, pero ya llevamos muchos años con situaciones como éstas y nos demuestra cómo somos como sociedad: no nos importa cómo está el de al lado, estamos violentos, sin paciencia. Es triste ver así a mi país, y no me gusta que pasen estas cosas", analizó Mascherano.

Sin convivir de cerca con la problemática, sin la contaminación de aquellos que están sacudidos por los hechos, el volante realizó una descripción precisa, con una mirada profunda. "Los valores que se decían que trajimos del Mundial fueron un espejismo, porque no hemos aprendido nada. No hay que generalizar, porque ayer fue Boca y mañana va a ser otra cosa. Nos seguimos engañando que va a cambiar como por obra de arte, y así no va a cambiar. El fútbol nos demuestra tal cual somos", se lamentó Mascherano, en diálogo con ESPN Radio.

La locura no reconoce categorías, porque los violentos operan en la...