Valentina Lisitsa en piano

Solista: Valentina Lisitsa (piano) / Programa: Fantasía en fa menor, op. 49 y Estudios op. 25, de Frederic Chopin; Balada n° 2 en si menor S. 171, Danza sacra e duetto finale de "Aida" de Verdi, S. 436, Rondeau fantastique sur un theme espagnol "El contrabandista", S. 252 y Totentanz S. 525, de Franz Liszt. / Sala: Teatro Colón Nuestra opinión: muy buenaSi aceptáramos por un momento que eso que se llama "toque" es, como casi todo en el piano, una ilusión, entonces habría que concluir que la ucraniana Valentina Lisitsa, muy alta y de gestos tímidos en el saludo, es una formidable ilusionista. Antes de cualquier otra consideración, hay, cualquiera que sea la obra que aborde, algo fascinante en el sonido que consigue extraer del piano, resultado quizá de su singular sentido rítmico y su sensibilidad dinámica. Pensemos en el primero de los Estudios opus 25 de Chopin, ese que Robert Schumann definió en su momento como un "arpa eólica". Justamente, la lectura de Lisitsa fue aérea de punta a punta, con una perfecta distinción de las voces, y le hizo así justicia a la otra idea schumanniana sobre la pieza: "más un poema que un estudio".En general, la versión que Lisitsa ofreció de los Estudios se recordará durante mucho tiempo. Concibió la serie como un viaje continuo, una decisión sugerida ya por el plan tonal con el que Chopin organizó la serie. En algunos casos (como el do que une el segundo y el tercer estudio) las afinidades entre las piezas son evidentes; en otros, fue la propia pianista quien propició la lectura unificada con una especie de refinado arte de la resonancia (fue inteligentísimo su uso del pedal) que articuló con coherencia...

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