Vélez armó un festival y dejó en rojo a Avellaneda

Se trata de dos conjuntos con diferente pasado reciente y con distinto presente doméstico. Independiente es un grande de capa caída, con la oscuridad a la vuelta de la esquina de ayer nomás. Le costó sudor y lágrimas volver a pertenecer al círculo de los privilegiados. Hace lo que puede en la vuelta a casa. Vélez es un gigante de tiempos recientes, con más oro que barro en los últimos tiempos. El choque de colosos de sábado por la noche en Avellaneda, de algún modo, ofrece ese espectáculo: el sólido elenco de Liniers resulta más sabio, aún en su juventud, mientras que el mareado conjunto rojo es la versión del viejo axioma psicológico, el de querer y no poder.Sin demasiadas figuras, con jóvenes promesas y respaldado en la experiencia de Cubero y la clase de Pratto, Vélez es, como siempre, un equipo serio, un candidato al título, un ejemplo por seguir aunque se dice que en su interior hay luchas de violentos y problemas económicos serios. Al Vélez futbolero no le importa: no se encoge nunca, ni siquiera, cuando el éxodo promete devorarlo todo. Con el Turu Flores, con los chicos de la casa, conoce el libreto a la perfección. No es aquel viejo y reconocido Vélez. No brilla, acaso no gusta. Tiene a Pratto, el hombre que buscó un futuro mejor, que fue seducido por Europa y por River y que se quedó en la barriada de Liniers. Para seguir haciendo lo que más sabe, lo que más le gusta: fútbol y goles de todos los colores. Anoche, anotó los dos del triunfo, un baile de a ratos, si se permite el término futbolero, una goleada por 4 a 0 contra Independiente, premio ideal para un equipo que es perfecto desde lo numérico: tres jugados, tres ganados. Líder silencioso, como marca su magnífica historia reciente: que para la cháchara, las palabras que llenan vacíos, están los demás.Vélez es sólido, es efectivo y, cuando puede, cuando lo dejan, circula la pelota con la sapiencia de los que saben a qué juegan.Ese es el pecado principal de Independiente: todavía le dura el mareo del volver a primera, de cambiar el técnico, de las modificaciones extrañas de Almirón, de piezas que no encajan en el rompecabezas. Independiente fue un...