La usurpación de campos

Nunca es tarea ociosa predicar ante algunos argentinos y ciertas organizaciones de calle lo que establece la Constitución sobre la cual está organizado el país. Entre las libertades y los derechos fundamentales que consagra en diversos órdenes, dice en el artículo 17: "La propiedad es inviolable, y ningún habitante de la Nación puede ser privado de ella, sino en virtud de sentencia fundada en ley". Así lo decidieron los constituyentes de 1853/60 y así quedó, sin alteración alguna, después de las reformas de 1866, 1898, 1957 y 1994.

La propiedad privada es un derecho humano tanto en cuanto a los bienes de uso personal como a los que permiten la producción y generan, al cabo, la riqueza por la cual se progresa en la vida colectiva de los pueblos. Sin ella el hombre se vería privado de un instrumento esencial para el desarrollo de su personalidad. Por el contrario, los resultados catastróficos de las tristes experiencias colectivistas, sobre todo en el siglo XX por la expansión de esos fenómenos a partir de la revolución bolchevique de 1918, deberían haber cerrado ya definitivamente las puertas a cualquier nueva tentación.

Las entidades agropecuarias se han alarmado en las últimas semanas por la ocupación en Salta del campo Tres Pozos, de esa jurisdicción, que se encontraba en plena producción por sus propietarios. Han hecho bien la Sociedad Rural de Salta y la representación provincial de Confederaciones Rurales Argentinas en protestar. El incidente debería movilizar las conciencias ciudadanas a fin de recordar que no sólo en ámbitos rurales, sino también en centros urbanos y suburbanos de todo el país la usurpación de predios, casas y departamentos se comete con harta frecuencia.

A veces con halos mafiosos, las usurpaciones se han producido en general con el aliento de dirigentes políticos o sociales que han hecho de esas estafas un instrumento práctico para el empinamiento en sus carreras políticas, cuando no un modus vivendi. El fenómeno se prolonga hasta la actualidad y es de fácil visualización en las tapaderas que se levantan para obturar puertas y ventanas de fincas por alguna razón temporaria deshabitadas a fin de impedir el ingreso de intrusos. Barrios como San Telmo y Constitución están plagados de ejemplos de esa índole.

El caso de dominio público que comentamos estalló el 28 del mes último en Tres Pozos, un campo de 1400 hectáreas del departamento de San Martín, en Salta, 260 kilómetros al noroeste de la capital provincial y a...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR