El uso político de una muerte

En medio de la tragedia que significa el fin de una vida, desnudó al cristinismo tal como es. Casi todas sus expresiones descuidaron la estrategia nueva, que consiste en mostrar a una Cristina Kirchner buena y tolerante, para mostrar un espacio político dedicado a odiar y con hambre de venganza. Ninguno de los cristinistas que se manifestaron en público dejaron de señalar que Timerman había muerto como consecuencia de la persecución judicial y política por el memorándum con Irán.La primera en hacerlo fue la propia Cristina, que luego fue seguida por dirigentes importantes de su partido, por periodistas militantes o por simples simpatizantes. Aníbal Fernández fue, como de costumbre, el más explícito: "Los h... de p... que te lastimaron sin razón pagarán por ello", amenazó, dirigiéndose a un Timerman que ya no estaba. No faltó entre los muchos tuits cristinistas la implacable advertencia de que no habrá "ni olvido ni perdón" para los supuestos culpables de la enfermedad de Timerman.Timerman se enfermó de cáncer de hígado (uno de los más letales) durante la presidencia de Cristina Kirchner. Tuvo una efímera recuperación en los últimos meses del mandato de la expresidenta, pero recayó un mes después de dejar el gobierno, en enero de 2016. Cristina Kirchner dijo en su página en Facebook que el excanciller "se enfermó por el ataque que sufrimos por el memorándum con Irán" y descartó de plano que su vida haya terminado "por los infortunios de la vida misma y sus enfermedades terribles".Autorreferencial como siempre, no se privó de señalar a la comunidad judía argentina por esos ataques contra ella y Timerman. La comunidad judía fue, en efecto, la que mantuvo vivo ante la Justicia el planteo de inconstitucionalidad del acuerdo con Irán, hasta que finalmente fue declarado inconstitucional.Pero ¿por qué atribuir a la comunidad judía o a los políticos y la prensa crítica de ese memorándum la culpa de una muerte? ¿Qué pruebas existen, más allá de la conjetura revanchista o de la inferencia pseudocientífica? ¿O todos debían callar ante una de las decisiones más disruptivas que tomó Cristina Kirchner, para que nadie se enferme eventualmente?¿No se estaba hablando, acaso, de qué hacer con el atentado más criminal que se perpetró en territorio argentino y que dejó 85 muertos (86, si se cuenta la muerte violenta del fiscal Alberto Nisman)? ¿No es esa inculpación arbitraria otro intento de censura del pensamiento crítico?La firma de ese acuerdo fue una...

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