Usan el nombre de diputados para ejecutar una gran estafa

Se presentaban como asesores de legisladores nacionales y ofrecían un buen negocio: comprar automóviles de lujo supuestamente retenidos en la Aduana. Los interesados recibían por fax papeles que garantizaban la "legalidad" de la operación. Si alguno desconfiaba y buscaba en Internet los nombres y cargos que figuraban en la documentación, no encontraba datos sospechosos. Incluso la transferencia de dinero debía realizarse a nombre de Julián Domínguez, el presidente de la Cámara de Diputados. Todo parecía estar en orden para las víctimas. Pero... se trataba de una trampa, de una estafa muy bien urdida por la que, finalmente, esta semana fueron procesadas cuatro personas.El juez federal porteño Sebastián Casanello ordenó el procesamiento de los sospechosos tras una investigación que llevó incluso a seguir en forma física cables de teléfono para dar con la banda, que se apropiaba y descartaba líneas mediante largos recorridos de conexiones clandestinas.El método de la estafa consistía en convencer a potenciales clientes de las ventajas de comprar vehículos con destino a remate a través de un acuerdo con las autoridades del Congreso.Una vez cobrada la transferencia por el 10% de la operación, se desconectaban las líneas fijas empleadas para la estafa y los miembros de la banda se convertían en fantasmas. La Justicia pudo identificar a una decena de afectados que giraron al menos 198.290 pesos a la organización criminal, según consta en la resolución de Casanello, difundida por el Centro de Información Judicial.La causa se inició en noviembre pasado, cuando el propio Domínguez se presentó en los tribunales para denunciar el uso de su nombre para engañar a incautos compradores de vehículos. El presidente de la Cámara baja fue advertido de esa situación por la legisladora Adriana Puiggrós, enterada, a su vez, por un damnificado de la estafa.Las víctimas eran elegidas entre comerciantes y ganaderos del interior del país, quienes recibían una primera invitación por fax, con membretes oficiales y sellos que daban credibilidad al contenido, para participar de compras de vehículos organizadas por un supuesto "Organismo Nacional de Regulación de Importaciones y Exportaciones". En esa propuesta figuraban teléfonos fijos de contacto. Cuando el interesado en comprar llamaba, el engaño se ponía en marcha.Con intercambios por escrito y...

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