Uru Sanabria, ejemplo de 'caballo' del rugby

Jugar en la Primera de su club de toda la vida a los 43 años. Llevar 25 temporadas en el plantel superior sin faltar a un partido. Nunca una lesión; nunca una suspensión. Volver a su casa después de los entrenamientos a las dos y media de la madrugada, porque hay que trasladarse desde Moreno hasta Cañuelas, pero, ante todo, "porque el rugby no es sólo ir a entrenarse y jugar, sino que es quedarse a las comidas y a los terceros tiempos, que, al fin y al cabo, son lo único que nos queda". Un viaje que en tiempos en los que no tenía auto se transformaba en una travesía, con el 88 que lo dejaba a un kilómetro de calle de tierra.Alberto Sanabria (1/4/1970) es el Uru. Nadie lo llama Alberto. "Hasta mis hijas me dicen Uru", dice. No es uruguayo. Nació en Ramos Mejía. Su padre lo era y él ama a ese país, al punto que jugó en ese seleccionado en la década del 90. Es pilar izquierdo en Los Matreros, bravo club del Oeste, al que llegó a los 16 años de la mano del padre de un compañero del colegio. A las 18 ya había debutado en Primera, en una gira por Mar del Plata, aunque como segunda línea, puesto en el que se desempeñó buena parte de su carrera.El Uru Sanabria es un espejo para muchos de los que caminan el rugby. En 2008, los árbitros lo premiaron porque nunca en su carrera ni siquiera había sido amonestado. Esa racha se cortó en 2011. "Faltando un minuto de un partido amistoso de Intermedia, quedé enganchado en un tumulto y el referee me expulsó. No lo podía creer ni él ni yo. Tanto fue que ni me suspendieron", cuenta. El Uru considera esencial el fair-play. "Uno no puede jugar de pilar si no es una buena persona", me...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR