A las urnas, por camino de cornisa

Batichica versus Gatúbela. Podría ser el título de una megaproducción de Marvel, pero en los comandos electorales oficialistas del conurbano hay quienes usan esos nombres de historieta como metáfora de las dos grandes contendientes de la votación del 22 de octubre: Cristina Kirchner, la candidata con partido a su medida (Unión Ciudadana) y quien no compite, pero que es la gran locomotora proselitista de Cambiemos en la provincia, la gobernadora María Eugenia Vidal.

El oficialismo corre con tres ventajas por sobre la oposición: 1) haber tenido la mayor cantidad de votos a nivel nacional en las PASO; 2) la vidriera constante que significa estar a cargo de la gestión y que los funcionarios explotan con intensidad al recorrer cantidad de obras en marcha y 3) los principales indicadores económicos que, aunque despacio, empiezan a mejorar.

¿Qué le queda a la oposición con vistas a los próximos comicios?: aquellos que lograron más votos (Cristina Kirchner y Sergio Massa) procurar convencer a las fuerzas minoritarias para que les aporten sus votos. Pero las voluntades electorales de cada ciudadano no son propiedad de esos partidos ni pueden ser transferidos automáticamente a su gusto. Pequeño detalle.

También sueñan con que los nuevos votantes -se estima que habrá unos 600.000 más en octubre- se fijen más en ellos, aunque según algunos sondeos, hasta un 60% de esa masa se inclinaría por el oficialismo.

¿Qué les queda entonces mientras el oficialismo pronuncia discursos al lado de obras públicas que mejoran la calidad de vida de la gente?

Les resta señalar los errores de gestión del Gobierno y el intento (particularmente desde el lado del kirchnerismo y de la izquierda) de instalar a toda costa un "cisne negro", que es aquel suceso inesperado, real o fogoneado, que llega para alterar el humor social, lo cual puede tener consecuencias electorales.

Sin duda, lo que pretenden es que el caso de la desaparición de Santiago Maldonado se convierta en ese ansiado "cisne negro". El tema es real y reviste gravedad, máxime si se confirma la participación de una fuerza de seguridad como la Gendarmería en ese ilícito. Se suma, además, la evidente impericia gubernamental en las primeras semanas para actuar con eficacia, compromiso y rapidez. Y se agregan las graves fallas de comunicación pública en el tema -subrayadas hasta por uno de los fundadores de Cambiemos, el radical Ernesto Sanz- al ceder el escenario político al protagonismo de virulentas campañas de...

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