Entre lo urgente y lo importante

El golpe de timón en la política de seguridad bonaerense no obedece a la convicción de los gobernantes sino a una urgencia electoral marcada por un reclamo ciudadano. Es que la respuesta a la falta de resultados para combatir el delito fue mucho más que una sensación en las urnas.El motivo que llevó al gobernador bonaerense Daniel Scioli a nombrar como ministro de Seguridad al intendente de Ezeiza, Alejandro Granados, no fue ni su capacitación en el tema, ni sus vínculos con la jerarquía policial, sino su disposición para meterse de lleno en la campaña, algo que su antecesor, Ricardo Casal, habría intentado evitar.Ante rivales electorales como Massa o De Narváez, que batallan por la creación de fuerzas locales, plantar a Granados tiene un objetivo circunstancial: neutralizar la paternidad de una iniciativa vista con buenos ojos en las encuestas. Granados lanzó en 2003 su plan propio de seguridad a nivel distrital con la incorporación de policías retirados, móviles con GPS, patrullaje por cuadrículas y cámaras.Aunque a fines de 2011 Scioli presentó un proyecto para avanzar con la municipalización de la policía, la iniciativa nunca contó con la suficiente firmeza que el Ejecutivo sí les dio a otros proyectos.En aquel momento, el gobernador y su flamante jefe de policía Hugo Matzkin aseguraron que se iniciarían experiencias pilotos con los municipios interesados. Una de dos: o no hubo interesados entre los intendentes, o el gobierno provincial estaba realmente interesado en dar el...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR