Las urgencias de Alberto Fernández: el 'día después' se adelantó al presente
La "tierra arrasada" que Alberto Fernández en el umbral del poder parece un lugar añorado. Ironías de la peste: la crisis que se cocina anticipa caídas tan abruptas de la actividad económica que, según los cálculos menos pesimistas que consume el Gobierno, llevará todo el actual turno presidencial regresar al punto de partida de diciembre de 2019.El drama que se materializa para Fernández es que el famoso "día después" llega con la en curso. La olla a presión de la cuarentena -con su maraña de decretos, prohibiciones y ayudas- ya no disimula las penurias de una crisis que se encamina a ubicarse entre las peores de la historia argentina. El Presidente, acaso por primera vez desde la disrupción del coronavirus, da señales de premura a su equipo para que se enfoquen en los síntomas de la enfermedad económica.Encargó a todos los ministerios que presenten proyectos de reactivación y ordenó al jefe de Economía, Martín Guzmán, acelerar la con una oferta más generosa que quizá pueda zafar al país de otro default prolongado. Los remedios se administran aún sin un orden claro, en ausencia del programa jamás revelado. Es un enigma si realmente hubo uno al principio; después del descalabro sanitario la política económica es, con suerte, una obra en construcción.Las cifras negativas se acumulan en el peor momento de circulación viral. privados de marzo a abril, incluso con la virtual prohibición de despidos, encendió una alarma estridente. El temor a un cierre masivo de empresas y comercios se cristaliza antes de que el aislamiento obligatorio tenga fecha de caducidad.Las principales consultoras económicas que participan en el pronosticaron para 2020 una retracción del PBI por encima de 12 puntos. Idéntica al récord de 2002. Analistas más sombríos la cifran en un 15%, sin comparación en el mundo.Fernández se ve forzado a desdoblar la energía. Se concentra con obsesión en contener el avance de la pandemia en el tránsito del aparente pico de contagios y muertes porque sigue considerando que esa es la batalla en la que apostó su capital político. Pero no le queda margen para sostener aquello de que "ya habrá tiempo para pensar en la economía".La herencia y el virusEl razonamiento de desdoblar la gestión de las dos crisis seguía la lógica de que la sociedad tenía asumido mayoritariamente que la fragilidad material venía con la herencia que le dejó Mauricio Macri. Y que, por ende, no le pasaría factura por el daño añadido por el virus. En cambio, caería...
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