Las últimas horas de Soria antes del disparo mortal

GENERAL ROCA.? Fue la conjunción explosiva del fuerte carácter de Carlos Soria y sus proclamadas infidelidades las que desataron la tragedia que acabó con su vida a manos de su esposa, Susana Freydoz: la Justicia sospecha que el gobernador rionegrino fue víctima de un ataque de celos por parte de su mujer, al haberse enterado de que el mandatario tenía una amante. Esa mujer se iba a instalar en Viedma, donde está la residencia oficial del gobernador, a donde se mudaría Soria para ejercer el cargo que había asumido 20 días atrás.Amiguero, expansivo y gritón, Soria cenaba todos los días en el restaurante De Felippe ensalada de tomate y albahaca cortada chiquita, con pollo o pescado, cuidándose de evitar la sal por su alta presión, mientras comentaba sin discreción sus conquistas. "Era un bocón", lo describieron sus colegas de la política. Los amigos del gobernador lo recuerdan "picaflor" y sin la frágil memoria que deben tener los caballeros cuando se trata de hablar en público de sus aventuras. De hecho, se jactaba de ellas en la intimidad de una rueda de café.Los hijos de Soria dijeron ante la Justicia que no creen en la hipótesis de la infidelidad; sin embargo, recordaron cómo su madre celaba a su padre. Por eso, el juez Juan Pablo Chirinos decidió cruzar las llamadas telefónicas de los celulares que usaban Soria y su esposa, y controlar los mensajes recibidos la fatal noche de Año Nuevo, para saber qué pasó entre las 3 y las 4 de la mañana, cuando comenzó la tragedia.En la chacra sobre la ruta 6, a unos seis kilómetros del cruce con la 22, en las afueras de esta ciudad, festejaron Año Nuevo 22 personas, todos familiares. Habían comido y bebido en abundancia. Ocuparon la larga mesa de madera dura, que Soria había conseguido de un cura de San Martín de los Andes. El living en desnivel de la planta baja, que hace las veces de un megaambiente junto con la cocina y el comedor, estaba repleto.El piso es de laja negra, y las paredes de ladrillo a la vista, adornadas con esmero por Susana. La chacra de seis hectáreas, de hecho, es de su familia. Produce 90.000 kilos de duraznos, que les venden a la empresa Roberts. Soria personalmente se encargaba de sus frutales, peleándoles a la helada y al granizo, defendiendo las plantas, mojándolas para no perder la cosecha.La casa estaba en mal estado cuando el gobernador, con la ayuda del arquitecto Lalo Genovese, la convirtió en una mansión de 350 metros cuadrados, cálida, con toques de la Patagonia cordillerana. La...

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