U2 emprende un viaje a su pasado para hablar de nuestro presente

DETROIT.- A través de los años, U2 se ha construido a sí mismo como un animal de la contradicción. Y revisitar The Joshua Tree, su obra cumbre, a treinta años de su composición, no deja de ser una más en su extensa trayectoria. Una hermosa contradicción que anteanoche duplicó su efecto en una ciudad como ésta, repleta de contradicciones.

Detroit, la ciudad del sueño americano motorizado y del índice de desocupación más alto de los Estados Unidos, de la opulencia económica y de los edificios abandonados tras la última burbuja financiera que le dieron un nuevo nombre: la ciudad fantasma. Hasta aquí llegaron estos predicadores irlandeses, con su propia Biblia bajo el brazo y una pantalla de 60 metros de largo por 14 de alto (promocionada, por supuesto, como "la pantalla más larga de alta resolución usada en una gira"), para reanudar el tour aniversario de The Joshua Tree, que en un mes aterrizará en el estadio Único de La Plata, concretando así la cuarta visita de U2 al país.

"Este disco es considerado como un álbum icónico y como un signo de los tiempos en su momento. Pero si uno mira alrededor, puede darse cuenta de que hoy sucede algo parecido. Este concierto no trata sobre el pasado, sino que habla del presente." El tour manager de U2 Craig Evans nos recibe bien temprano en las entrañas del Ford Field, un estadio cerrado monstruoso con capacidad para 50.000 personas, y plantea la hipótesis de este show. Cuatro horas más tarde, es el mismo Bono quien se encarga de remarcarlo: "Acá es donde todavía están ustedes, acá es donde aún estamos nosotros... Nada cambió, todo cambió".

The Joshua Tree fue el álbum que U2 compuso con la cabeza y el corazón puestos en los Estados Unidos, y los norteamericanos les devolvieron la gentileza convirtiendo a U2 en la banda más grande del planeta.

Es el álbum de "las dos Américas", tal como se iba a llamar en un primer momento, y el disco que Bono escribió después de conocer personalmente a Bob Dylan (recuerden lo que pasó después de aquel primer e iniciático encuentro entre los Beatles y Dylan). Y es también, por supuesto, el álbum de la épica de "Donde las calles no tienen nombre" y "Todavía no encontré lo que estoy buscando", de la tragedia de "Madres de los desaparecidos" (el tema inspirado por la primera visita de Bono a Nicaragua y El Salvador, a mediados de los años 80, que es un símbolo para toda América latina y que en nuestro país dejó imágenes imborrables con las Madres de Plaza de Mayo en el...

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