La TV es una cuestión de fe

Después de la columna de opinión que escribió anteayer en The Hollywood Reporter, casi no hay dudas de que Mark Burnett hará lo imposible para conseguir un lugar en la intensa agenda que tendrá el Papa durante su próxima visita a Estados Unidos.

El británico Burnett es la figura planetaria con mayor poder en el proceloso mundo de los reality shows. Es la gran mente que aparece detrás de poderosas expresiones de ese género, como El aprendiz, The Contender, Survivor y The Voice, pero por sobre todo le gusta definirse hoy como "un hombre de fe", calificativo que orgullosamente comparte con su esposa y mano derecha, Roma Downey.

Los proyectos televisivos más recientes de Burnett reflejan como nunca ese fervor. Allí está para demostrarlo la miniserie La Biblia (emitida entre nosotros a través del canal History), en la que los textos del Antiguo y del Nuevo Testamento son adaptados del modo más didáctico posible, casi al pie de la letra, para producir entre los televidentes un efecto parecido al de la catequesis.

Pero ese espíritu de proselitismo y de convencimiento del que hace gala Burnett está dirigido claramente a los adultos. Las imágenes de sus programas están más cerca del sanguinolento y crudo retrato de Jesús que Mel Gibson hace en La Pasión de Cristo que de una historia bíblica pensada para los niños que se aprestan a tomar la primera comunión.

La materia prima de Burnett como productor televisivo es el realismo. Y por eso esta visión de la Biblia no ahorra sangre ni violencia. Lo vimos en la miniserie de History y también lo veremos pronto en su astuta secuela, A. D. The Bible Continues, que la cadena NBC estrena esta noche pascual en los hogares estadounidenses. Esa continuación concentra su mirada en todo lo que ocurre inmediatamente después de la Pasión, con el eje puesto en la vida de los apóstoles y sus constantes enfrentamientos (así lo sugiere el tráiler que recorre el mundo a través de YouTube) con las autoridades políticas y religiosas del momento.

Burnett pondrá, qué duda cabe, todo su oficio televisivo para asegurarle a su nuevo programa la mayor longevidad posible. Pero si volvemos a la columna que acaba de escribir para The Hollywood Reporter (titulada Don't Change Jesus Story, No cambien la historia de Jesús), lo que más le interesa es expresar de esa forma el agradecimiento por sentirse capaces de "difundir la Palabra".

En el perfil que la influyente publicación hollywoodense hace para presentarlo como el indiscutido...