Fue a trotar a la playa y vio en un acantilado una imagen que lo dejó sin aliento: 'La marea estaba subiendo y había que actuar rápido'
Entre las rocas
Era un fresco día de enero cuando decidió salir a correr por la playa. El viento soplaba fuerte mientras trotaba por la costa. Hasta que un sonido extraño se deslizó en sus oídos a través de la brisa y detuvo su marcha por completo. Se quedó quieto para poder intentar distinguir qué era lo que estaba escuchando. Parecía una suerte de ladrido a lo lejos. Sin embargo, en las zonas aledañas no había nadie a la vista.
No se quedó tranquilo y decidió acercarse un poco a los acantilados rocosos y empinados que bordean la playa en busca de la fuente del sonido. Unos minutos después, se asomó a una estructura rocosa y vio un par de ojos que lo miraban fijamente.
La playa de San Francisco
La marea estaba subiendo
Intentó no alterarse y tomó cartas en el asunto. Llamó al centro local de control de animales San Francisco Animal Care & Control y avisó a quién había encontrado. Fue entonces cuando llamaron a Carlos Ortega, que trabaja en ese centro de California, en los Estados Unidos. Ortega se dirigió a la playa lo más rápido posible. La marea estaba subiendo, y pronto las rocas se inundarían.
El corredor se fue antes de que Ortega llegara a la playa. Pero antes se aseguró de enviar al equipo de rescate un pin de la ubicación del perro y una foto de la estructura rocosa donde lo había visto. Luego, Ortega usó la información para encontrar el lugar exacto donde estaba atrapado el animal.
Gwen a salvo
Un último vistazo y un hallazgo sorpresivo
"Comencé a mirar todas las rocas en el acantilado, tratando de hacer coincidir el patrón de las rocas en la imagen con lo que tenia frente a mí. Pero toda el área se veía idéntica a la imagen". Después de quince minutos de búsqueda, pudo localizar con éxito el patrón de roca de la imagen. Luego, comenzó a buscar en cada grieta, tratando de encontrar un espacio abierto lo suficientemente grande para que un perro se escondiera.
Había pasado un buen rato y ya se encontraba exhausto de buscar sin éxito. Decidió llamar a sus colegas para que lo respaldaran. Cuando tomó su teléfono, echó un último vistazo más a las rocas e hizo un descubrimiento emocionante. "Miré hacia abajo y vi a Gwen mirándome. Estaba temblando, pero no emitió ni un solo sonido".
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Inmediatamente comenzó a elaborar una estrategia para remover las rocas sobre Gwen sin lastimarla. Eventualmente, pudo levantar la roca superior y empujarla por el acantilado. Allí encontró a una perra cansada y un tanto abrumada. "Me agaché y la...
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