Tropelías de viernes a la tarde

Los viernes a la tarde son días ideales para las reuniones. O mejor, a las 15.30. "No sea buchón, ¿por qué no escribe sobre otra cosa? ¿Qué gana cuando cuenta que todo el mundo se agenda una reunión a esa hora para desaparecer de la oficina después del almuerzo? No me pregunte más. No le voy a contestar." El Gurú de la cortada de la calle Estomba abandonó la charla abruptamente. No quiso saber más nada de contar alguna anécdota que ilustre las peripecias de los ejecutivos para abrir la ventana del fin de semana un poco antes que el viernes a la "tardenoche".

Las reuniones de los viernes a la tarde se convirtieron en un clásico de los ejecutivos modernos. Tanto es así que en los departamentos de recursos humanos dicen que fueron el origen del llamado "viernes corto", como en la jerga se llama a la jornada reducida del último día de la semana.

Según un informe de la consultora Randstad para Chile, 59% de las empresas de ese país tiene entre su parrilla de beneficios una jornada laboral reducida el viernes. En la Argentina, la misma consultora estudió que 76% de los trabajadores señaló que en líneas generales está satisfecho o muy satisfecho en su empleo actual, lo que supone un aumento significativo respecto del 63% que así lo consideró en el mismo relevamiento de 2014.

La jornada reducida de los viernes es uno de los grandes beneficios que persiguen los empleados y que muchas veces a las empresas les sale prácticamente gratis. Sucede que, por lo general, las compañías que otorgan ese beneficio les piden a los empleados que los otros días de la semana sumen una hora más a la jornada.

Pero hasta ahí la teoría. Lo cierto es que en la Argentina hay un dicho que reduce gran parte de las conductas criollas: "Hecha...

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