Las tres incógnitas que decidirán la guerra entre Rusia y Ucrania

El ánimo de Putin es uno de los factores para definir el futuro del conflicto

Rusia no puede con los ucranianos por tierra y, entonces, los destruye por aire. Mientras sus tanques flaquean ante una resistencia ágil y audaz, sus misiles arrasan con lo que encuentran: un teatro repleto de refugiados, una cola de panadería, una maternidad llena de madres y niños, fábricas de autos y plantas de energía, escuelas y universidades. El presente se hace trizas en Ucrania

Mientras tanto, el diálogo entre los representantes de Volodimir Zelensky y Vladimir Putin avanza, pero lo hace como si fuera por un laberinto. Se traba, se destraba, se enreda, se ordena. Los puntos de acuerdo son cuatro, luego quince y, de repente, ninguno. Las conversaciones se suceden, por videoconferencia o por llamada telefónica. Lo único cara a cara, cuerpo a cuerpo, es el combate. El futuro (de paz) se hace esperar.

Esa fue la rutina de la tercera semana de la guerra. Mientras las negociaciones avanzan con los tiempos estancos de la diplomacia, los civiles mueren de a decenas e incluso cientos por día.

Desde 1948, después de la Segunda Guerra Mundial, hubo en el mundo 71 operaciones o negociaciones de paz. Algunas fueron más largas que otras y otras ni siquiera funcionaron.

La guerra de los Balcanes, por ejemplo, terminó con el acuerdo de Daytona en noviembre de 1995 que se negoció en apenas tres semanas; claro que el conflicto llevaba cuatro años y entró en su etapa final con el involucramiento de la OTAN y sus bombardeos sobre posiciones serbias en agosto de ese año.

El acuerdo de paz entre los talibanes y Estados Unidos fue bastante más tardío. Llegó en febrero de 2020, 18 años y cuatro meses después de que empezara la guerra en Afganistán, y apenas duró un año y medio; en agosto de 2021 se pulverizó con el regreso de los talibanes al poder.

La paz es esquiva también hoy en Ucrania. Sí, hay un diálogo en marcha, pero la diplomacia parece disociada de la guerra. Por un lado, el secretario de Estado Antony Blinken dijo el jueves que la inteligencia norteamericana -que hasta ahora acertó buena parte de lo que anticipó- señala que Putin no tiene intenciones aún de terminar con la guerra. Por el otro lado, los ucranianos advierten que el presidente ruso busca distraer y dilatar los tiempos con las negociaciones y, a la vez, fortalecidos por el éxito de su resistencia, suben sus exigencias para la paz y condicionan a su propio presidente.

Volodimir Zelensky habló esta semana con legisladores de varios países; en este caso, en el Parlamento alemán

Mientras tanto, las bombas caen y el número de muertos, desplazados y refugiados aumenta. Y, a medida que la...

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