Tres chicas en un garaje. Las unió la oportunidad, juntas hacen hojaldre 'poco careta' y no paran de vender

Juntas, las chicas de La Garage cuentan su historia en la gastronomía

Martina Schvarzstein (27) y Camila Malvido (28) se conocieron en Barcelona. Trabajaban juntas en El Tickets, el restaurante de los hermanos Albert y Ferrán Adriá que este año entró en concurso de acreedores por culpa de la pandemia. Sol Eskenazi (32), mientas tanto, hacía su camino en otras cocinas del mundo, Israel, Brasil, y también más acá, por los barrios porteños de Belgrano y Palermo.

Hasta que un la vida las unió a las tres en Buenos Aires. Las dos primeras andaban buscando dónde fijar sus hornallas. Y la tercera, estaba disponiendo de un garaje, chiquito, de familia, de esos en los que entra un único auto, con una puerta de chapa que se abre en tres, y lindero a otros dos mega garajes (en funcionamiento). Se conocían de vista, de las redes, de chusmear las cosas ricas que hacían las otras y la oportunidad las reunió.

El garage fue el que las unió a las tres

Así nació La Garage

Y en solo tres meses se convirtió en una realidad. Una panadería ubicada sobre la calle Arévalo, en Palermo, que desde noviembre del año pasado no para de crecer. Por fuera sigue siendo apenas un garaje al que solo lo distingue una pizarra escrita con tiza. Pero que por dentro ya funciona como un nido de hojaldres y masa madre que los fines de semana recibe decenas de personas dispuestas a hacer largas filas con tal de comer las exquisiteces de su mostrador. Y tomarse algún cafecito de filtro o turco. O una cervecita, soda o kombucha, bebida hecha a base de té negro fermentado y azúcar.

Armando todo para abrir

"Todo fue muy loco. Montamos el lugar en tiempo récord. Hicimos una vaquita con los pesos que cada una tenía. Queríamos independizarnos. Y hacer algo honesto. Poco pretencioso pero funcional. Hoy vemos que terminó siendo como la cocina de Polly Pocket. Todo entra justo. Se levanta una mesada y así se abre la puerta (risas). Igual después hicimos reformas. Arrancamos muy para ver qué pasaba…y nos pasó esto", cuenta Sol.

- Parece obvio, pero ¿por qué La Garage? Y no Le garaje…que da francés, qué se yo….

- Tiene que ver con que somos nosotras. Mujeres. Con que feminizamos el garaje.

La que responde es Martina, mate en mano y termo bajo el brazo. Sentada en la vereda de su negocio, de su garage. Relajada, tan distinta de la que recuerda haber sido cuando transitó las cocinas del prestigioso Park Hyatt . Y agrega: "Veníamos de experiencias duras. De muchas horas, de trabajar con mucha...

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