Un traumático accidente inspiró a Edgardo Cardozo a grabar un disco cantado desde el más allá

Siempre es diferente la predisposición frente a una película cuando se conoce algo de la historia que relata. El foco de atención estará puesto en detalles que el ojo desprevenido y sin conocimiento del tema no verá. Con los pasa algo similar. No es lo mismo recurrir a una costumbre muy añeja -la de "sentarse" a- escuchar un disco sin saber de qué se trata que tener información acerca de las canciones. O que a uno le digan: ¿Viste que el nuevo CD de Edgardo Cardozo tiene, en diez canciones, la historia de un muerto? Incluso confirmar que de eso se trata cuando el título del álbum es Las canciones del muerto.Con esa información sabremos que ese hombre que está sentado en el cordón de la vereda, frente a un puesto de diarios cerrado, que fuma un cigarrillo que no se apaga nunca, que luego se levanta y camina hasta la Iglesia del Cristo de la mano rota, como si fuera el Adan Buenosayres de Marechal, es, en realidad, un muerto. Sí, un muerto que no sabe que está muerto o alguien que está por morir y se quiere quedar."Mejor me quedo", dice, casi en ritmo de cumbia. Pero si esto es verdaderamente una historia cronológica, en el capítulo siguiente ("Milonga", el track 2), su destino parece unívoco. "No tengo manos, soy solo nube. Es en serio", dirá como parte de un recuerdo onírico en un relato absolutamente masliahno. Y ya en la pista 3 dejará las instrucciones, para aquellos que lo quieran, de cómo deberá ser su velorio. Habrá que llevar guitarras al entierro. Y tocar. Esas serán las mejores exequias.A estas alturas ya podremos preguntarnos si Edgardo Cardozo, el cantautor de este trabajo discográfico, hace una proyección (a un futuro muy lejano) de sí mismo o este tipo de situaciones que hoy lo inspiran refieren directamente al accidente que sufrió hace doce años; ese que lo tuvo un mes en una sala de terapia intensiva."Sí, tiene mucho de autobiográfico -admite Edgardo Cardozo, que presentará su disco mañana y pasado mañana, en Café Vinilo, Gorriti 3780-. Pero al mismo tiempo es mentiroso. Es decir: hice el jardín de infantes en la Parroquia San Bernardo [donde está el Cristo de la mano rota]. Hay en las canciones referencias al barrio, al tango, a mi familia y a la Buenos Aires de una época. Pero también momentos que me suenan dolidos, pero no tienen justificación", aclara.Hay personas que resuelven ciertos traumas en terapia. Hay artistas que hacen catarsis con los discos. En la última década, este notable guitarrista y compositor editó otro...

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