Tras las elecciones, Pedro Sánchez buscará nuevos acuerdos

MADRID.- El terremoto político causado por las elecciones generales cobró su primera víctima en España. Con la renuncia del líder de Ciudadanos, el partido más castigado, el desgastado gobierno socialista se mostró a la defensiva tras su floja cosecha de votos, contrarrestada con el fuerte crecimiento de la ultraderecha.Con mayor presión para intentar ser investido, el presidente "en funciones", Pedro Sánchez, insistió en que , en el que necesariamente deberá estar la izquierda radical de Podemos. El mismo grupo político con el que no pudo acordar hace dos meses.Las diferencias siguen siendo las mismas. "Nosotros queremos un gobierno de coalición", dijo Pablo Iglesias, el líder de Podemos; mientras que en el gobierno respondieron: "Nosotros queremos un acuerdo" parlamentario. El bloqueo parece seguir en el mismo punto que llevó al fracaso anterior y al siguiente llamado a elecciones anticipadas.Solo que esta vez, la nueva ocasión encuentra más desgastados a ambos actores. Tanto el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) como Podemos perdieron votos y escaños; y sus líderes se dicen comprometidos, "esta vez sí", a llegar a un acuerdo."Nuestro compromiso es que no haya nuevas elecciones", sostuvo el secretario general de Organización del PSOE y uno de los principales estrategas del presidente, José Luis Ábalos.Sin embargo, también dejaron en claro su postura y descartaron rápidamente un acuerdo con el conservador PP, el otro gran partido tradicional en España. "Con ellos, no", dijo la vicepresidenta "en funciones", Carmen Calvo.AlternativasCon sus variaciones, las únicas dos opciones que parece tener Sánchez son un acuerdo con el PP, ya descartado. O uno con el bloque de izquierda.En ese caso, necesita contar con el consenso de Podemos, que, hasta ahora, lo condiciona a formar parte del gobierno. Algo que Sánchez ya descartó en el pasado, pero que tal vez se vea forzado a aceptar ahora. Luego del desgaste electoral y la falta de opciones.No fue un día fácil para el gobierno. La pérdida de 700.000 votos y de tres escaños así como el crecimiento abrupto de la ultraderecha y del independentismo catalán no dejaban mucho de qué ufanarse en cuanto a objetivos y estrategia.Tal vez por eso Ábalos pareció irritado. "No es eso lo que hay que preguntar", refutó a un periodista que, en conferencia de prensa, le requirió evaluación sobre el brutal crecimiento de la derecha radical de Vox, luego de que el presidente dijera que su objetivo era "frenar a la...

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