Tras bambalinas, Cristina mueve los hilos para la reunificación peronista

Un grupo de mujeres kirchneristas que empezó recorrer el país para trabajar en la reunificación peronista tuvo hace diez días una arenga inesperada y una instrucción precisa. En Aeroparque, a punto de partir hacia La Rioja, se toparon con Cristina Kirchner, que se iba para El Calafate. "Armen todo lo que puedan y pongan mucha energía en la marcha del 8-M", les dijo la expresidenta en el VIP de American Express.

Aunque improvisado, el encuentro sirve como muestra de los temas que preocupan a la expresidenta, en un verano en el que eligió el bajo perfil, le dedicó mucho tiempo a su familia, pero no se desconectó de la tarea política ni de su defensa judicial. Algunas (aunque significativas) reuniones en el Instituto Patria, escasa actividad en las redes sociales y viajes a Santa Cruz ocuparon la agenda de Cristina después del cierre del año parlamentario, en diciembre pasado. Alberto Fernández, Juan Grabois y los diputados kirchneristas del Parlasur fueron algunos de los dirigentes que la visitaron en las últimas semanas.

A punto de cumplir 65 años, la expresidenta dejó de lado antiguas reyertas, multiplicó su red de contactos y se muestra decidida a contribuir a la construcción de un frente electoral que pueda derrotar a Cambiemos en 2019. Con esa lógica ha dejado trascender que no pretende ser candidata en 2019 y que está dispuesta a que la candidatura de esa gran coalición opositora se defina en una PASO, justo lo que no quiso hacer con Florencio Randazzo en octubre pasado.

Encuentros

Como les dijo a Julia Perié, Diana Conti, María Higonet, Ada Maza y el resto de las dirigentes que se cruzó en Aeroparque, la expresidenta considera que es crucial fortalecer todas las iniciativas que contribuyan a unir a la oposición o a tender puentes con otros sectores políticos y sociales, como el paro y la movilización que las organizaciones feministas anunciaron para el 8 de marzo (8-M). Aunque las organizadoras intentan evitar la partidización, la protesta del año pasado tuvo un claro tono crítico del Gobierno.

Bajo esa misma concepción, Cristina bajó la orden de respaldar la movilización del 21 de febrero, que organiza el sector más combativo del sindicalismo, con Hugo Moyano a la cabeza. Pese a que intercambiaron guiños, por ahora no hubo encuentro con el jefe...

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