Por una transición madura y armoniosa

El período de transición de poco más de un mes que resta para el recambio de autoridades nacionales es una oportunidad especialísima para lograr que lo que se prevé como parte habitual del funcionamiento de las instituciones en un período democrático se inscriba en la historia como un trámite único y ejemplar.Algunas señales de las últimas horas vienen sembrando positivamente ese camino. Por un lado, el presidente saliente se reunió con el entrante apenas pasados los comicios. Un gesto que resulta habitual en muchas democracias del mundo, pero no tanto en nuestro país, donde las pasiones políticas casi siempre han conspirado para obstaculizar lo que debe fluir naturalmente. Por otro lado, el presidente electo no ha hecho más que bajar el tono del enfrentamiento con su principal contendiente. Ambos parecen haber comprendido la necesidad de transitar esta etapa de la mejor manera posible, llevando calma a una ciudadanía hastiada de los pugilatos verbales y muy preocupada por su presente y su futuro socioeconómico.Es esa misma ciudadanía la que ha dado un mensaje clarísimo en las urnas: quien gana lo hace de manera acotada respecto de las expectativas que se habían generado y quien pierde deja el poder, pero con un mayor número de escaños en el Congreso. Los argentinos no han dejado pasar la oportunidad de fortalecer los contrapesos tendientes a evitar los abusos de uno y otro lado.Negociar es el verbo que se impone en este tramo, toda una novedad con el peronismo de regreso en la Casa Rosada. También es una novedad que un gobierno no peronista que surge de elecciones libres pueda concluir su mandato desde que Marcelo Torcuato de Alvear concluyó su período constitucional, en 1928.A aquel primer encuentro poselectoral entre Macri y Fernández le siguió la designación de equipos de asesores de ambos para gestionar la transición. Que los funcionarios que se van trabajen en conjunto con los que llegan no deja tampoco de ser una novedad entre nosotros. Hay decisiones de forma, pero muchas de fondo que deben acordarse. Acceder a balances, estadísticas, presupuestos, plantas de personal, memorias institucionales y patrimoniales tiene un valor imprescindible para los que llegan. Representa, también, un gesto de transparencia de parte de quienes se van y nada tienen que ocultar.Hay una dimensión simbólica que tampoco puede descuidarse teniendo en cuenta la nefasta experiencia de 2015. Fernández debe recibir los atributos del mando de parte de Macri en...

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