Conducta transformadora, eurocentrismo y giro decolonial

• Autor: Héctor Hugo Boleso

"La ciencia nos permite tener la esperanza de ver aparecer un día una civilización donde la violencia y la desigualdad social no sean una necesidad" (Ilya Prigogine).

“La idea es descolonizar los paradigmas de la economía política así como el análisis del sistema mundo y proponer una conceptualización descolonial alternativa” (Ramón Grosfoguel)

“el éxito del sistema mundo moderno/colonial consiste en hacer que sujetos socialmente ubicados en el lado oprimido de la diferencia colonial, piensen sistemáticamente como los que se encuentran en las posiciones dominantes” (Ramón Grosfoguel)

Un cambio de eje

Una conducta transformadora, implica necesariamente el conocimiento previo, de la realidad a transformar.

Este conocimiento de la realidad, depende a su vez, del lugar en que decidamos situar nuestra mirada.

Repensar o impensar las ciencias sociales y las humanidades, es un desafío que asumimos y nos impone escoger entre una mirada eurocéntrica o situarnos en Nuestra América.

En Memoria, Derecho y Liberación ¹., proponíamos cambiar el eje de nuestro pensamiento. Porque éste se sitúa aún en la Modernidad nacida en 1942, cuando Europa se encontró con el Otro y pudo conquistarlo, vencerlo, violentarlo; e impuso una mirada eurocéntrica.

Desde entonces, la ilusión de Occidente fue la de imaginar que la única ventana que dá acceso a la verdad, a la religión verdadera, a la auténtica cultura y al saber crítico es su modo de ver y de vivir. Las demás ventanas pareciera que muestran paisajes distorsionados. Occidente se condenó así, a un fundamentalismo visceral que en otro tiempo le llevó a causar masacres por imponer su religión y, hoy, guerras para forzar la democracia en Irak y en Afganistán ².

Pensar desde América Latina, impone una mirada diversa. Nuestro pensamiento se sitúa en la periferia, y desde ésta ventana tenemos acceso a nuestra parte de la verdad cognoscible.

Muy distinta por cierto, a los paradigmas hegemónicos eurocéntricos que han configurado la filosofía y las ciencias occidentales en el «sistema mundo moderno/colonial capitalista/patriarcal». Que durante los últimos 500 años asumen un supuesto punto de vista universalista, neutral y objetivo.

Sin embargo, es sabido que, siempre hablamos desde un lugar en particular en las estructuras de poder. Nadie escapa a la clase, lo sexual, el género, lo espiritual, lo lingüístico, lo geográfico y las jerarquías raciales del «sistema mundo moderno/colonial capitalista/patriarcal» ³. Nuestros conocimientos siempre están situados ⁴.

La mirada racista

En cuanto al pensamiento eurocéntrico, no debemos sorprendernos de que las ciencias sociales que se construyeron en Europa y América del Norte en el siglo diecinueve fueran eurocéntricas. El mundo europeo-norteamericano de aquel momento se sintió culturalmente triunfante. Todo universalismo establece respuestas a sí mismo, y estas respuestas son determinadas en algún sentido por la naturaleza del universalismo reinante ⁵.

Tampoco debemos asombrarnos que las jerarquías raciales del «sistema mundo moderno/colonial capitalista/patriarcal, se tornen cada día más evidentes. Y no hablamos de Le Pen, Haider, Berlusconi, el muro que ha construído USA para evitar el ingreso de los mexicanos, sino la denominada Directiva de Retorno aprobada por el Europarlamento, que permite la encarcelación de los migrantes indocumentados hasta año y medio antes de su expulsión ⁶.

Antes del lanzamiento “oficial” del muro, vista la explotación de la fuerza laboral de los migrantes indocumentados en USA, por solicitud de México, la CorteIDH, dictó la OC 18/03 que decide que: los trabajadores migrantes indocumentados poseen los mismos derechos laborales que los demás trabajadores del Estado de empleo. Que éste último debe tomar todas las medidas necesarias para que así se reconozca y se cumpla en la práctica. Y que los Estados no pueden subordinar o condicionar la observancia del principio de la igualdad ante la ley y la no discriminación a la consecución de los objetivos de sus políticas públicas, incluídas las de carácter migratorio.

Sin embargo, el albatros muerto, cuelga una vez más del cuello de los euronorteamericanos ⁷.

Wallerstein lo explicaba, al analizar el sistema-mundo desde 1945. “En 1945, la experiencia y el horror nazis llegaron a su fin. Hitler no había inventado el antisemitismo, tampoco los alemanes lo inventaron. Por mucho tiempo el antisemitismo fue la expresión interna más importante del racismo profundo del mundo europeo, y su versión moderna ha sido endémica en el escenario de Europa por lo menos durante el último siglo...No había lugar alguno en donde el antisemitismo estuviera ausente, incluso durante la segunda guerra mundial, ni siquiera en Estados Unidos. Entonces, ¿por qué todo mundo se alteró tanto con el nazismo? Por lo menos después de 1945, la respuesta salta de inmediato y no admite equívoco. Fue la solución final. Mientras casi todos en el mundo paneuropeo habían sido abierta y felizmente racistas y antisemitas antes de 1945, casi nadie buscaba que todo terminara en una solución final. La solución final propuesta por Hitler estaba fuera de todo sentido dentro de la economía-mundo capitalista. El objeto del racismo no es excluir gente, mucho menos exterminarla. El objeto del racismo es mantener a la gente dentro del sistema pero como infrahumanos, que puedan entonces ser explotados económicamente y usarse como chivos expiatorios a nivel político. Con el nazismo pasó lo que los franceses llaman un derrape, un patinazo, la pérdida de control. O quizá fue que sacaron al demonio de la caja. Se suponía que la gente era racista justo hasta antes de la solución final, pero no más allá ⁸.

Probablemente, en los años que han transcurrido desde la conferencia de Wallerstein, el objeto del racismo euro norteamericano haya cambiado. Ahora el objeto de la discriminación, es excluir...