La tranquilidad que nos brinda El Zorro

Hay cosas que nos acompañan toda la vida, pero no nos damos cuenta. Siguen allí, atravesando eras enteras, pase lo que pase, forjando lo que se da en llamar "clásico", pero no del estilo de las grandes obras del arte, sino en versión chiquita y tan cotidiana como el café con leche.

La serie El Zorro es uno de esos clásicos cotidianos. Han intentado pasarla a retiro alguna vez, erradicándola de la pantalla, pero no?perdura los mediodías rotando sus 78 episodios, contando una y otra vez las peripecias del enmascarado que, cuando se saca el antifaz, es solamente don Diego de la Vega, un señor algo papanatas que se las ingenia para disimular sus dotes de espadachín justiciero, portador de capa, látigo, noble corcel y dotes atléticas encomiables.

Bernardo, el compañero mudo de don Diego, el inefable Sargento García, el caballo Tornado forman parte de la memoria compartida, aun cuando exista Game of Thrones y lo oscuro pareciera imponerse en la iconografía moderna . Uno los mira un rato y se tranquiliza. La vida es un torbellino, pero allí están ellos, para sostener un punto fijo en el Universo, al menos, un rato al mediodía.

Algún concejal marplatense ha pedido, con justicia, que al Zorro se le rinda homenaje, con monumento y todo, en su ciudad. Pero el mayor homenaje es que los mediodías, desde siempre, las aventuras del Zorro siguen y siguen, con un rating envidiable que llega a superar los 7 puntos, más que muchos programas modernos y? caros.

Todo cambia, menos el Zorro, y quizás sea esa una de las interpretaciones acerca de por qué tantos miles de personas encienden la tele cada día para que les cuenten la misma historia una y otra vez. Como allá y entonces, cuando les pedíamos a nuestros padres que vuelvan a leer el mismo cuento, el de siempre, del que ya conocíamos todos los detalles, incluido el final.

Amores líquidos, incertidumbres y huracanes, guerras y ensayos nucleares, además de calentamiento global , posverdades y Netflix? todo lo que quieran, pero que no toquen al Zorro. Él está allí para decir que las cosas de la vida también perduran, y que hay cuentos que...

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