Sin trabajo: su novia le dio un consejo, lo siguió y el resultado los sorprendió más de lo esperado

Del saber al sabor, de las palabras a los platos, al final, todo converge en alimentar el alma.

Una de las preguntas que más le hacen a un estudiante de filosofía es ¿de qué vas a trabajar? La pregunta encierra, al mismo tiempo, otra duda muy extendida: ¿para qué (te) sirve estudiar filosofía? Camilo y Lucía la escucharon cientos de veces cuando cursaban la carrera y todavía, ya conviviendo como pareja, ambos recibidos, siguen buscando alguna respuesta a la cuestión de la utilidad de la filosofía que logre satisfacer la curiosidad de aquellos que siguen sin entender muy bien a qué se dedican, ¿cuál es su pasión y, como la Tana Ferro (el viralizado personaje de Valeria Bertucelli en Un novio para mi mujer ) muchas veces se sienten tentados de responder "¿no tengo pasión, está mal?". Pero ambos saben que esa sería una respuesta irónica y no ajustada a la verdad. De hecho tienen más de una pasión : la pareja que armaron y supieron fortalecer llevando adelante un proyecto en común que bautizaron 10 Recetas Japonesas , un perro, la poesía y, por supuesto, las ganas de seguir haciéndose preguntas que desnaturalicen lo dado.

"Cuando uno tiene un proyecto que funciona, eso le hace bien a una relación", coinciden Camilo y Lucía.

Formados en el pensamiento filosófico ambos aprendieron a manejarse amablemente con la duda y la incertidumbre , quizá por eso, tuvieron las herramientas para adaptarse al impacto de la pandemia un poco mejor que aquellos que vieron todas sus certezas y, peor aún, sus estructuras financieras, derrumbadas por los efectos del retraimiento económico consecuente al aislamiento social obligatorio durante el 2020.

Camilo Sce, que ya estaba graduado de profesor, aunque no se dedicaba a la enseñanza, gestionaba un emprendimiento propio de organización de proyectos culturales. Venía funcionando muy bien, con una agenda de eventos programados y equipos técnicos contratados para difundir películas de cine, recitales y programas culturales. Entre sus clientes figuraban entidades estatales de promoción cultural, algunos artistas y productores privados; además, ya tenía encaminado el plan anual de su productora para responder a una demanda constante. Todo eso se interrumpió con la irrupción del coronavirus, cuando no se sabía muy bien qué iba a pasar en el mundo y lo principal era prevenir el riesgo de contagio en toda la población. No le sirvió de mucho seguir intentando generar nuevos clientes, buscar empleo, mandar cientos de mails y hacer contactos por LinkedIn. Nadie podía darle una solución a su búsqueda de ingresos, el miedo y la...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR